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Lasso decretó la disolución del Congreso y llamó a elecciones en Ecuador

El presidente ecuatoriano activó el mecanismo conocido como “muerte cruzada” luego de que avanzara el proceso de juicio político en su contra por presunta corrupción. En siete días debería definirse la fecha de los comicios.

Jaqueado por el proceso de juicio político que lo llevó al borde de la destitución, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, decretó la disolución del Congreso de ese país y llamó a elecciones generales para elegir nuevas autoridades en todos los estamentos del Estado.

El anuncio fue hecho a través de un mensaje emitido por cadena nacional donde el mandatario neoliberal informó que había firmado un decreto que disolvió la Asamblea Nacional ante “la grave crisis política y conmoción interna” que atraviesa ese país desde que él es juzgado por corrupción.

Pero Lasso no solo determinó el fin del período de todos los asambleístas del Congreso sino que, además, llamó a elecciones para reemplazar ese cargo y el suyo también. La fecha de los comicios deberá ser decidida en los próximos siete días.

Durante la emisión del mensaje, tropas del Ejército ecuatoriano rodearon el edificio del Parlamento, donde esta mañana debía continuar el proceso que juzga al presidente.

El anuncio se hizo público también a través de las redes sociales del mandatario de derecha. “He firmado el Decreto Ejecutivo 741, con el objetivo de disolver la Asamblea Nacional y solicitar al CNE se convoque a elecciones”, publicó.

“Ecuatorianas y ecuatorianos: esta es la mejor decisión para darle una salida constitucional a la crisis política y conmoción interna que soporta el Ecuador y devolver al pueblo ecuatoriano el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones”, fundamentó el mandatario conservador, haciendo referencia a una “conmoción interna” que, sin embargo, no se palpa en las calles del país.

El juicio político a Lasso

De esta manera, Lasso evitó que prosiguiera proceso que lo llevaba hacia su segura destitución y se garantiza una salida del poder más decorosa, aunque no menos escandalosa.

El fin de semana pasado, durante el proceso que lo acusa por corrupción, el presidente de derecha proclamó su “total, evidente e incuestionable” inocencia. “No hay pruebas ni testimonios relevantes. Más bien lo único que hay son informaciones que comprueban mi total, evidente e incuestionable inocencia”, se defendió el mandatario.

En un contexto de aumento de la violencia ligada al narcotráfico y de descontento popular por el costo de vida, lo que puede ser el fin del gobierno de derecha es para el principal bloque opositor una oportunidad para recuperar fuerzas de la mano de su líder: el exmandatario Rafael Correa (2007-2017).

Con la asistencia de 109 de sus 137 miembros, la unicameral Asamblea Nacional instaló el juicio político contra el mandatario, en el que los congresistas presentaron argumentos en su contra.