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¿Por qué salió Francisco a criticar el modelo de Milei?

La política de alimentos para comedores y el recorte de la ayuda para la integración urbana de las villas, detonantes. El rol del Estado y el factor Grabois.

Si el presidente Javier Milei esperaba que la bendición gestual que el papa Francisco le impartió en el Vaticano iba a ser eterna, se equivocó y mucho. El cambio en la política de distribución a alimentos a comedores populares y el recorte drástico del Fondo de Inversión Social Urbano (FISU) dinamitaron en poco tiempo ese clima de convivencia relacional.

La pregunta sutil sobre si el Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, estaba cumpliendo su misión declamada de contener a los caídos que el pontífice le hizo al primer mandatario en la audiencia privada que mantuvieron el 12 de febrero mutó, en poco más de 15 días, en un reclamo puntual del papa sobre la presencia necesaria del Estado en la redistribución y justicia social.

En el medio de este cruce a la distancia entre Francisco y Milei subyacen dos motivos. Uno profundo sobre el rol del Estado, que la gestión libertaria pretende reducir a cero y que la Iglesia aspira a que sea presente e inteligente; otro político, que tiene como coprotagonista al dirigente social Juan Grabois, asesor laico papal para los movimientos populares mundiales.

La doctrina del papa Francisco, en dos párrafos

La crítica al modelo de gestión libertario se resume en dos frases del videomensaje que el papa envió a la inauguración en Buenos Aires de la sede del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju). A este grupo, que encabeza el magistrado porteño Andrés Gallardo, Francisco le pidió firmeza y decisión frente a los modelos “deshumanizantes y violentos”.

“Los derechos sociales no son gratuitos. La riqueza para sostenerlos está disponible, pero requiere de decisiones políticas adecuadas, racionales y equitativas. El Estado, hoy más importante que nunca, está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia social“, recordó el pontífice.

“El dios mercado y la diosa ganancia son falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta. La historia lo ha demostrado en muchas y muy tristes oportunidades”, sostuvo el papa golpeando de lleno a la esencia de la doctrina libertaria.

Javier Milei y los curas villeros

La prédica papal contra la gestión social libertaria emana del hecho de que Milei desactivó el ingreso de recursos para dos tareas pastorales que los curas villeros bergoglianos desarrollan en las barriadas populares: la atención de los comedores comunitarios y los procesos de integración urbana de estos asentamientos precarios.

El Gobierno dispuso, por decreto, la reducción de 9% a 0,3% del porcentaje de recaudación del Impuesto País destinado al FISU, dirigido al financiamiento de proyectos de barrios populares y la creación de lotes con servicios. De inmediato, los sacerdotes de las villas reclamaron su restitución y el obispo que los coordina, Gustavo Carrara, alzó la voz más fuerte.

El prelado porteño tiene línea directa con el papa y, en declaraciones a Radio con Vos, atribuyó la decisión gubernamental a una “equivocación grave” que, estimó, “puede corregirse”. “Estamos a tiempo; si no, puede ser una catástrofe”, advirtió y requerió la “intervención directa” del Estado en las villas y barriadas populares.

El papa Francisco y el factor Grabois

La decisión gubernamental, que según la Casa Rosada apunta a transparentar los fondos fiduciarios, fue también un golpe directo contra Grabois, hombre de confianza del pontífice a quien Milei y su entorno consideran un “enemigo”. Por eso, a modo de venganza, el Gobierno recortó en forma drástica el FISU, que tiene como administradora a Fernanda Miño, vinculada al dirigente social.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, puso negro sobre blanco. “Buscamos la transparencia, no que se elimine la función que cumplía como fondo. Aquellos destinos que encontremos que deben seguir existiendo tal vez sigan existiendo muy trasparentados, muy controlados”.


Por Guillermo Villarreal-LP