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Los silencios de Gerardo Milman

En foco por el atentado contra la vida de CFK y el contrato de una exmiss argentina en Inteligencia Criminal, el diputado macrista mintió a la Policía para hacer zafar a una mujer detenida en un control vehicular con documentación apócrifa. Dijo que ella era su esposa y el auto de su propiedad. Todo resultó falso.

El silencio de Gerardo (Jerry) Milman es impactante. Hace dos semanas se reveló que, cuando fue número dos de Patricia Bullrich, designó a una exmiss Argentina 2012, sin antecedente alguno en el área, como directora de la Escuela de Inteligencia Criminal. Y a la hermana de la miss Argentina la puso a cargo de la administración de fondos de la Dirección de Inteligencia Criminal.

Milman no expicó nada, no justificó nada. El PRO o Patricia Bullrich tampoco dijeron nada. Este viernes se dio a conocer una increíble intervención del diputado con otra mujer de por medio. María Luz Lanusse Peralta Ramos, el 4 de abril pasado, manejaba un auto sport con un registro apócrifo, sin cédula verde ni azul y fue detenida en un control de tránsito en Palermo, en el cruce de avenida Bullrich y Cerviño. Fue a las 2.10 de la mañana. El agente consultó con el secretario de la fiscalía de turno y éste ordenó el secuestro del Peugeot 2008 Sport. Milman se hizo presente en la esquina, dijo que el auto era de su propiedad y que Luz Lanusse Peralta Ramos era su esposa. Todo resultó falso.

El coche figura a nombre de Metalúrgica Oliva Hermanos S.A., una empresa proveedora de material de seguridad -blindajes-, con contratos con el Estado. La mujer tampoco es su esposa. Lo insólito es que el diputado patoteó a los allí presentes -agentes de tránsito de la Ciudad- en un extraño estado y terminó denunciando al secretario de la fiscalía por delitos descabellados: hurto agravado del auto, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La denuncia fue desestimada por la jueza María Fabiana Galetti. Y Milman, ante la revelación, guarda silencio otra vez. Eso sí, la muchacha de triple apellido trabaja en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con un sueldo de 245.000 pesos.

Una pieza clave de la seguridad macrista

Milman fue una pieza clave en la seguridad macrista, a la que se quiso presentar como una especie de modelo de estricta y eficiente gestión. Sin embargo, la sucesión de escándalos de Jerry derrumba esa imagen, sólo dibujada por los medios alineados con Juntos por el Cambio.

Lo ocurrido en Palermo fue revelado por el periodista Mauro Federico en el programa que conduce Jorge Rial en C5N. El fiscal, César Augusto Troncoso, no sólo pidió la desestimación de la denuncia de Milman contra el secretario que dispuso el secuestro del vehículo, sino que pidió también que se notifique a la Cámara de Diputados respecto del comportamiento del legislador. Ante semejante dictamen fiscal, Milman ni siquiera insistió y la jueza Galetti cerró el expediente por inexistencia de delito. Transcurridas 24 horas de la revelación de Mauro Federico y Rial, Milman no contestó nada.

La gravedad de lo ocurrido se sintetiza en los siguientes hechos:

  • María Luz Lanusse Peralta Ramos conducía el automóvil sport con un registro apócrifo (así consta en el acta). Eso sólo ya ameritaba el secuestro del vehículo y que la joven termine en una comisaría. El utilizar un registro falso es un delito federal.
  • Además, no tenía cédula verde habilitante para manejar el Peugeot Sport. Tampoco la cédula azul que es una autorización del dueño del coche.
  • El vehículo figura a nombre de Oliva Hermanos Metalúrgica S.A., empresa dedicada a blindajes y contratista del Estado. Fue proveedora del Banco Nación y la Casa de la Moneda en época del gobierno de Mauricio Macri. Mantuvo reuniones en el Ministerio de Seguridad, pero hasta donde se sabe, no concretó ningún contrato. ¿Qué es lo que explica que un diputado de la Nación tenga una cédula azul a su nombre de un auto de una empresa privada proveedora del Estado?
  • El legislador mintió diciendo que el Peugeot era suyo y que Lanusse Peralta Ramos era su esposa. Además, los agentes de tránsito sostuvieron que “el denunciante estuvo lejos de adoptar una conducta, desde el punto de vista de la moral y ética, que debe tener cualquier funcionario, en este caso Diputado de la Nación”.
  • En tiempos del macrismo, la mujer trabajó en el organismo que administra los bienes del Estado, el AABE. Se fue en 2019. Hoy tiene un puesto en el gobierno de CABA. O sea, andaba con registro falso y sin habilitación del auto, pero tiene una buena ubicación laboral.

“Cuando la maten voy a estar camino a la costa”

El 30 de agosto, Milman entró a la confitería Casablanca, frente al Congreso Nacional, con la exmiss Argentina Carolina Gómez Mónaco y otra asesora, Ivana Bohdziewicz. Allí, Jorge Abello, asesor del diputado Marcos Cleri, lo escuchó decir la frase “cuando la maten, voy a estar camino a la costa”. Dos días más tarde, Fernando Sabag Montiel, accionó el gatillo a centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner. Milman viajó nomás a Pinamar.

Citada a declarar, Gómez Mónaco mintió. Dijo que hacía muchos meses no iba a Casablanca, pero cuando le mostraron las imágenes, admitió que era la de amarillo. Estuvo en Casablanca una hora y 15 minutos, según indican las cámaras. O sea, no se pudo haber olvidado. La jueza María Eugenia Capuchetti no la imputó por falso testimonio, pero sí le dio curso a una denuncia formulada por Milman contra Abello, también por falso testimonio. 

Cleri hizo público esta semana que Abello está listo para declarar cuando Capuchetti quiera y denunció que lo intimidan. En realidad, todo lo que dijo el asesor se comprobó con las cámaras de seguridad de Casablanca: estaba Milman con sus dos asesoras y también estaba Abello. Y Milman efectivamente viajó a la costa. Los medios alineados con JxC difundieron la versión de que la magistrada hizo una prueba de sonido en Casablanca para ver si se escuchaba -habría concluido que no- , algo que no figura en el expediente y que por lo tanto es falso.

La Miss Argentina directora de Inteligencia Criminal

A raíz de ese encuentro en la confitería, se supo que, cuando Milman era número 2 de Patricia Bullrich, designó a la exmiss Argentina como directora de la Escuela de Inteligencia, cargo para el que Gómez Mónaco no registra ningún antecedente. Y, como agregado, la hermana fue puesta a cargo de los fondos de la Dirección de Inteligencia.

Cristina se refirió a esa revelación en el acto de La Plata: “Miren, si para algo sirvió lo que me pasó, es para demostrar que cuando estuvieron en el ministerio de Seguridad los mano dura, a la política de Inteligencia Criminal le pusieron una Miss Argentina para que la condujera. Que no nos berreteen más con qué saben de inteligencia y de seguridad. Y pusieron a la hermana de la Miss Argentina a controlar los gastos reservados del Ministerio de Seguridad. ¡Basta muchachos, los vimos, ya nos dimos cuenta! ¡Ya nos dimos cuenta!”.

Ni Milman ni el PRO ni Patricia Bullrich salieron a contestar.

Milman y una secuencia evidente

La secuencia pone en evidencia, en primer lugar, que el diputado seguramente sabía del ataque contra CFK. Presentó un insólito proyecto anticipando que “habrá un falso atentado contra la vicepresidenta” trece días antes del ataque, y dos días antes del 1 de septiembre lo escucharon decir: “Cuando la maten, voy a estar camino a la costa”. Milman estuvo en aquella marcha de las guillotinas, justito donde estuvo también el grupo Revolución Federal. Y también estuvo Brenda Uliarte, detenida por el intento de asesinato de la vicepresidenta. Parece que la información fluyó, porque entre todos ellos no hablaban de otra cosa que de matar a CFK.

Al mismo tiempo, aquella escena de Casablanca reveló cómo manejaron la seguridad, poniendo una miss Argentina, sin antecedentes, al frente de la Inteligencia Criminal, justamente una cuestión de máxima importancia porque es el trabajo de investigación sobre el crimen organizado.

Finalmente, a las tres de la mañana del 4 de abril último, intervino para tapar a una joven mujer que exhibió un registro falso, delito que, según el artículo 292 del Código Penal, prevé una pena de tres a seis años de prisión para quien utilice “un documento falsificado o adulterado destinado a acreditar la identidad o la titularidad del dominio para circular de vehículos automotores”. Ante los agentes de tránsito mintió doblemente: afirmó que el auto era suyo y que Lanusse Peralta Ramos era su esposa.

Todo quedó expuesto, sin que Milman ni sus socios políticos expliquen nada.

Por Raúl Kollmann – Página/12