Baires Para Todos

Larreta busca bendecir su proyecto de hambre y muerte de la mano de Cynthia Hotton y Gabriel Mraida

Junto a “mil pastores” (dicen…) el Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la Presidenta del Consejo Social de la Ciudad de Bs. As, Cynthia Hotton, realizaron la presentación de la “Agenda 2023” del Consejo Social de la Ciudad, en el Golden Center de Parque Norte. El acto contó con la presencia de Santilli, Valenzuela, Migliore, referentes políticos del Juntos por el Cambio.

El Consejo cuenta con la activa participación de ONG’s, entidades evangélicas, empresariales y fundaciones de ultraderecha y tiene el propósito de articular, diseñar y proponer políticas públicas al ejecutivo de la Ciudad, abordando ejes como: discapacidad, adicciones, adultos mayores, embarazo vulnerable y niñez.

Hotton y su armado político venían dialogando con Bullrich y Milei, pero tienen cercanía con Larreta. El Macrismo históricamente tuvo un núcleo evangélico que ha acompañado activamente los 16 años de gestión en la Ciudad. Son pastores de mega iglesias que, en nombre de sus congregaciones, se regodean con el poder político económico de la Ciudad, logrando lugares en el Estado, ubicando funcionarios y asesores, desde donde hacen lobby político y van tironeando al campo evangélico- compuesto mayoritariamente por sectores populares- arrogándose la representatividad del campo evangélico, con el fin de legitimar y bendecir proyectos de hambre y muerte.

Hotton es la histórica referente política de ultraderecha negacionista que desde hace años utiliza el discurso evangélico para hacer pie en sectores conservadores de la fe, en alianza con lo más rancio de la política argentina. Gabriel Mraida es la revelación de la política PRO, fue nombrado recientemente Diputado de JxC en lugar de Waldo Wolff, es un joven pastor evangélico de la Iglesia del Centro, con fuerte incidencia en el directorio de ACIERA. Fue director del IVC, con una gestión muy cuestionada por las organizaciones que luchan por el derecho a la vivienda en la Ciudad y es referente de La Popular, una organización que el Larretismo construyó en las villas de la Ciudad para combatir y desfinanciar a las organizaciones populares.

Esta expresión evangélica no es hegemónica del sector. Las asociaciones que nuclean a las iglesias evangélicas en la Argentina tampoco son representativas del campo evangélico, el cual ha crecido notoriamente en las últimas décadas. Según el Conicet, en 2008 representaba el 9% y en 2019 el 15,3% de la población. Es una expresión que sólo se embandera en los valores de la defensa de un determinado modelo de familia y en la supuesta defensa de la vida (porque no todas las vidas le valen lo mismo), usando a las iglesias en una “cruzada por la vida” que legítima un modelo económico de muerte, hambre, saqueo y represión.

Dentro del campo evangélico hay otras expresiones, iglesias y organizaciones evangélicas que desarrollan un sostenido compromiso con el pueblo y su historia, llevando adelante una práctica pastoral que sostiene y organiza la vida en los territorios, que contribuyen a la construcción de la paz como fruto de la justicia social, que son protagonistas en la defensa y promoción de los derechos humanos y el cuidado de los bienes comunes, levantando su voz profética ante la violencia y el odio.

Poco a poco, estas expresiones de fe profundamente evangélica nos vamos encontrando en el camino, construyendo herramientas y espacios que nos permiten ir fortaleciendo el rol de la iglesia y su incidencia pública, pero también tenemos el desafío de trascender nuestras experiencias y de construir un movimiento profético que promueva la paz, luche por la justicia social y la liberación de todos los yugos que oprimen la vida de las personas y de los pueblos, promoviendo herramientas de formación teológica, pastoral y política para los/as pastores/as y líderes populares e impedir el avance de las corporaciones evangélicas, para que cuando vengan las Hotton y los Mraida a decirles, que: “tendremos pan con los hambreadores del pueblo”, sepan que responderles…

Por Diego Mendieta-APU