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La polémica tapa de The Economist que causó revuelo e indignación en Italia

“Welcome to Britaly”, tituló el semanario británico, que comparó la desastrosa situación de inestabilidad y crisis económica de Londres con la de Roma, con una portada con los clásicos estereotipos de la pizza y los spaghetti

Gran revuelo y reacciones incluso diplomáticas provocó la última portada de la prestigiosa revista británica The Economist, considerada muy despectiva para Italia. En la portada aparece un dibujo de la premier Liz Truss –quien justo hoy renunció- vestida de centurión romano, con un escudo tipo pizza con ingredientes que forman la Union Jack y empuñando en su mano derecha, como si se tratara de una lanza, un tenedor con spaghetti enrollados.

“Welcome to Britaly”, titula el semanario, cuyo editorial compara la desastrosa situación del Reino Unido, marcada por inestabilidad política y crisis económica, con la desastrosa situación de Italia, donde está por asumir un nuevo gobierno de derecha liderado por una política de un partido posfascista, Giorgia Meloni.

La portada provocó inmediatamente reacciones, entre ellas la del embajador de Italia en el Reino Unido, quien protestó con una carta dirigida al semanario, muy compartida en las redes sociales tras un posteo oficial. “Leer The Economist es un placer para cualquier diplomático. Y más aún para el embajador italiano ante el Reino Unido, desde el momento en que ustedes le dedican atención constante a Italia, tan amada por los británicos”, arrancó el embajador Inigo Lambertini, que pasó luego a lamentar su última portada “inspirada por los más viejos de los estereotipos”.

“Aunque la pizza y los spaghetti son las comidas más buscadas del mundo, como el segundo país productor de manufacturas de Europa, para su próxima portada le sugeriríamos elegir, para cambiar, desde nuestros sectores aerospaciales, biotech, automotores o farmacéuticos”, indicó. “Cualquiera sea su elección, daría un foco más riguroso sobre Italia, también teniendo en cuenta su no tan secreta admiración por nuestro modelo económico”, disparó el diplomático.

El embajador Lambertini no fue el único en salir a quejarse de una portada considerada arrogante y ofensiva. “Para criticar la tragicómica política británica The Economist lanza una tapa de burla a Italia que debe devolverse al remitente. Nosotros a la Italexit la derrotamos. Nosotros. Y la bandera es tricolor, no de pasta; por otro lado, es un plato mejor que el kidney pie”, tuiteó el famoso periodista Gianni Riotta.

Comparación

El Corriere della Sera incluso le dedicó un artículo a la polémica portada, que consideró con “sabor a viejo”. Y, en una virtual réplica, destacó que en la comparación entre las dos economías, Italia salía ganando.

“En efecto, uno puede divertirse haciendo comparaciones. Existe inestabilidad política, pero en Italia los ministros de economía son un eje del sistema y garantes de estabilidad, no figuritas despedibles después de 38 días”, escribió Federico Fubini, editorialista económico del Corriere della Sera. “Existe un crecimiento bajo, pero Italia es el séptimo exportador mundial y mantiene sus cuotas de mercado, mientras el Reino Unido es el catorceavo y ha visto sus ventas en su primer mercado, la Unión Europea, derrumbarse en un 24% en términos nominales en 2017, pese a una caída de la esterlina del 17% sobre el euro”, siguió.

Fubini en su análisis subrayó que la fragilidad política y financiera actual del Reino Unido “sería impensable” sin el Brexit de 2016, que cambió todo y que “no tiene nada que ver con Italia”.

La temporada del populismo embistió casi a todos los grandes países de Occidente, pero en ninguno hizo tantos daños como en el Reino Unido. Ahora este tema marcado por mentiras, soberanismo, fantasías de grandeza y la ilusión de no necesitar a los demás está llegando al fondo. Y en el fondo hay una profunda desorientación cultural y civil de un país que muchos en Europa seguimos amando y admirando”, apuntó.

The Economist nos daría a todos un gran servicio si nos ayudara a echar luz sobre esa línea roja que lleva desde el euroescepticismo al Brexit y desde el Brexit a la situación actual. Sería un servicio a la verdad, en un debate inglés lleno de mentiras. Los tenedores, los spaghetti enrollados y los demás clichés pertenecen a otra época. Tienen sabor a viejo en un mundo nuevo que pocos en el Reino Unido parecer querer enfrentar”, cerró, sin ocultar amargura e indignación.

Por Elisabetta Piqué-La Nación