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Juntos por el Cambio arriesga su bastión cuyano en una elección incierta

Mendoza vota este domingo en unos comicios que definen mucho más que la gobernación, cargos legislativos y municipios. Hay una batalla que se librará por la reconfiguración del sistema político en la provincia y un primer duelo en espejo con las presidenciales

Mendoza concurre a votar este domingo 24 de septiembre en unas elecciones que definen mucho más que la gobernación, los cargos legislativos y el grueso de los municipios de la provincia. Hay una batalla que se librará por la reconfiguración del sistema político en la provincia y una primera pelea, si se quiere, entre un puntal de Juntos por el Cambio y uno que ahora se asocia a la referencia de Javier Milei, casi en espejo con el duelo que se intenta dar a nivel nacional por las presidenciales.

Aunque a esta altura nadie duda que las lógicas de votación nacional y provincial no se pueden solapar, Juntos por el Cambio apuesta a conseguir la triple corona y cerrar una seguidilla de triunfos claves en septiembre como golpe de efecto para seguir dándole aire político a la candidatura de Patricia Bullrich. La vuelta del destino es que, en Mendoza, Juntos por el Cambio no son el cambio sino la continuidad y, paradójicamente, después de dos batacazos en continuado en Santa Fe y Chaco donde cambiaron el signo de la gobernación, ahora son ellos quienes pueden sufrir un giro en carne propia.

El rival más competitivo -para sumarle más complejidad a la trama- sigue formando técnicamente parte de la coalición en el plano nacional y hasta vota alineado en la Cámara de Diputados, Omar de Marchi. Pero en Mendoza, donde construyó su carrera política, ahora se presenta como opositor y denuncia que la sociedad con el radical Alfredo Cornejo, el candidato de Cambia Mendoza que va por una nueva gobernación, nunca fue más allá de lo electoral. No hubo una coalición real de gestión en la provincia.

De Marchi no está solo: detrás suyo hay una alianza que incluye desde los libertarios a una parte del peronismo pasando por radicales díscolos que también se le rebelaron a Cornejo. Hay una suerte de respaldo no oficializado de Javier Milei para poner fin al “feudo” de Cornejo, como lo denominan en la Unión Mendocina. La Libertad Avanza no juega desde su armado nacional pero sí lo hacen, y fuerte, sus representantes locales: el Partido Demócrata y el Partido Libertario.

“En Mendoza, Omar De Marchi no es una figura nueva, como tampoco lo era Rolando Figueroa en Neuquén. Pero lo novedoso es lo que armó”, explica a El Cronista el encuestador Aníbal Ríos, director de DC consultores, una de las firmas que analiza la provincia. “Hay un desgaste que se centra más en la figura de Alfredo Cornejo que en la de Cambia Mendoza en sí”, añade, aunque aclara que en la nueva coalición tampoco hay figuras o fuerzas nuevas, sino un reacomodamiento de viejos socios con otros partidos tras el divorcio de los dos dirigentes previo a las PASO locales.

Quiénes son los otros candidatos en Mendoza

En tercer lugar, asoma el peronismo, otrora un actor de peso en la provincia que atraviesa su propio trance tras el descalabro de las PASO de junio en la provincia donde apenas alcanzó el 17% de los votos, la peor elección de su historia. Curiosamente, su apuesta es otro converso, el exdemócrata Omar Parisi que supo trabajar codo a codo con De Marchi hace una década y media cuando gobernaban Luján de Cuyo con la camiseta de los ‘gansos’ desde el Partido Demócrata. 

Uno se enroló en el macrismo y el otro se sumó al kirchnerismo, en el gobierno de Francisco ‘Paco’ Pérez, el último mandatario peronista antes de los ocho años últimos de radicalismo y ahora se cruzan desde escuderías opuestas. El peronismo enfrenta su propia pelea: no bajar de los dos dígitos este domingo mientras anticipa un proceso propio de reconstrucción a futuro acorde a cómo culmine la elección. En desventaja, buscó compensar con una campaña propositiva que instaló temas en la agenda.

Además, formarán parte de la contienda otras dos formaciones políticas. Por un lado, Mario Vadillo, exsocio de José Luis Ramón cuando ambos se sumergieron en la política desde la ONG Protectora y la defensa del derecho del consumidor a través del Partido Intransigente. Todo implosionó tiempo después y Vadillo terminó buscando refugio en el Partido Verde. 

Hoy Vadillo juega la carta del ‘outsider’ para ampararse en el discurso ambientalista y anticasta, con acusaciones a los “pernos políticos” en un controversial intento por cerrar la fuga de dirigentes posPASO hacia la Unión Mendocina. 

Por último, figura el representante del Frente de Izquierda-Unidad, Lautaro Jiménez, del sector gremial docente pero con una baja aceptación en las PASO, apenas lo suficiente para cruzar la línea mínima de competencia, en una provincia que se reconoce como de las más conservadoras de la región. En rigor, Vadillo y Jiménez cosecharon el 4,49% y el 3,95% de los votos en las primarias, respectivamente.

Por qué se reconfigura el sistema político en Mendoza

Hoy nadie se anima a vaticinar un resultado si bien pocos dudan que aquellos 20 puntos de diferencia que arrojaron las PASO provinciales de junio entre Cambia Mendoza (42,68%) y la Unión Mendocina (20,27%) siguen existiendo. 

Los sondeos mostraban hasta la última semana un elevado número de indecisos -o personas que no exteriorizan su voto- por lo que en un escenario presuntamente tan cerrado como el que se sugería, el desenlace podría terminar favoreciendo a cualquier de los dos candidatos más competitivos, a priori.

Aún si el oficialismo consigue renovar por otro mandato -en Mendoza no existe la reelección inmediata del gobernador-, nada seguirá siendo exactamente igual. La implosión de Cambia Mendoza, quizás la fractura más expuesta de la interna prePASO nacional entre Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich, solo aceleró un proceso político interno de ruptura al interior de la coalición diseñada por Alfredo Cornejo cuyo desenlace parecía inevitable conforme la actitud que tomaban sus protagonistas.

En Mendoza, a De Marchi lo conocían como un socio incómodo de Cornejo a quien ya venía desafiando abiertamente desde 2019 cuando quiso ir a unas primarias con el actual gobernador Rodolfo Suárez -entonces intendente de la capital- y otra vez se le plantó en las legislativas de 2021 para conseguir más lugares en las listas.

Esta vez, cruzó la línea y armó su propia estructura cuando pretendieron llevarlo a una interna. Como consecuencia, puso fin al bicoalicionismo que empezó a tejer Cornejo en Mendoza con paciencia de orfebre desde los tiempos de Néstor Kirchner y que lo depositó en el gobierno en 2015.

Más allá de los que dicten las urnas, el resultado será la reconfiguración del sistema político mendocino. Un reseteo al formato que lo caracterizó por décadas, en la era preCornejo: un tripartidismo entre el radicalismo, el peronismo y los demócratas -con pesos relativos-, aggiornado al sistema de coaliciones actuales en el que las identidades se desdibujan y terminan agrupando a socios con ADN muy diferente.

“De Marchi por formación, por nacimiento, por pertenencia social y familiar, es un conservador nato. ¿Y qué es lo que está armando? Una coalición similar a la de Cornejo, por eso es que le duele tanto, porque viene del mismo palo y se lo está rompiendo, usando su mismo esquema”, explica a El Cronista el profesor de Ciencia Política Hugo Villanueva.

El domingo en las urnas, entonces, se enfrentará una versión diezmada de Cambia Mendoza, con la dupla Alfredo Cornejo (UCR) – Heber Casado (PRO); la agrupación de gran parte de los viejos socios del oficialismo mendocino ahora aliados a una parte del peronismo,la Coalición Cívica, los libertarios y los demócratas bajo el sello de Unión Mendocina con el binomio de Omar de Marchi (PRO) y Daniel Orozco (UCR) y el Frente Elegí Mendoza, con un peronismo herido que apuesta a Omar Parisi (ex PD y luego del FpV, ahora en el sector privado) y Lucas Ilardo (FdT). Son las tres fórmulas que pueden recalibrar los pesos políticos en Mendoza.

Qué cargos se votan en las elecciones de Mendoza

Según informaron las autoridades electorales, un total de por 1.488.736 ciudadanos y ciudadanas están habilitadas para votar este domingo 24 de septiembre en las elecciones de Mendoza. Podrán elegir no solo a gobernador y vice entre cinco opciones distintas.

También se renovará la mitad de las cámaras de senadores y diputados provinciales -son 19 senadores provinciales y 24 diputados provinciales en cuatro secciones electorales-, además de intendentes y la mitad de las bancas en los concejales en once departamentos que no desdoblaron sus comicios locales.

Se trata de la Ciudad de Mendoza, Guaymallén, Godoy Cruz, Las Heras, Luján de Cuyo, General Alvear, Malargüe, Tupungato, San Martín, Rivadavia y Junín. Otros siete departamentos, de los 18 que componen la provincia, ya definieron sus autoridades el 3 de septiembre.

Una de las particularidades es que volverá a utilizarse la boleta única de papel que ya había sido estrenada por primera vez en las PASO de abril en los municipios que adelantaron sus comicios en 2023. Luego se la vio en las primarias a nivel provincial el 11 de junio pasado y trajo como consecuencia un número importante de voto en blanco en categorías legislativas. Los referentes de la oposición lo atribuyen a una docencia tardía a la ciudadanía luego del cambio en el sistema de votación, votado en 2022.

Hasta el sábado las coaliciones todavía estaban preocupadas por resolver las tareas de fiscalización en algunos enclaves específicos donde apuestan a hacer la diferencia.

Por Mariano Beldyk-El Cronista