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García Cuerva pidió llorar por Malvinas y por los jubilados, niños y familias sin ingresos

El arzobispo de Buenos Aires celebró la misa con veteranos, familiares y amigos de quienes combatieron en la guerra, ante la presencia de la canciller Diana Mondino.

El primer piloto que murió en la guerra de Malvinas, en 1982, era familiar del arzobispo de Buenos Aires. “Gustavo Argentino García Cuerva era primo hermano de mi papá”, contó una vez Jorge Ignacio García Cuerva en un acto desde la base aérea militar de la ciudad de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz.

Es por eso que para el líder de la iglesia porteña, cada 2 de abril “Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas”, pega en su corazón y sobre todo en su papá, Jorge Antonio, médico odontólogo militar retirado.

“María llora junto al sepulcro donde habían sepultado a Jesús, luego de su muerte en la cruz. Cada 2 de abril es también motivo para llorar. Porque a pesar de que vivimos en una cultura que quiere esconder la muerte, el dolor y el sufrimiento, al mundo de hoy le falta llorar”, inició García Cuerva en su homilía de este martes feriado desde el altar de la Catedral primada de Buenos Aires en tiempos de Pascuas, de Resurrección de Jesús.

“Aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar” siguió el arzobispo, quien aseguró que las lágrimas sirven para limpiar nuestros ojos y ver otras realidades: “Los invito a que cada uno se pregunte: ¿Yo aprendí a llorar? ¿Yo aprendí a llorar cuando veo un niño con hambre, un adolescente drogado en la calle, un padre desesperado por llevar el pan a su familia o un jubilado que no puede comprar su medicación? ¿O mi llanto es el llanto caprichoso de aquel que llora porque le gustaría tener algo más?”.

Luego citó a Jorge Ignacio todas las veces que Jesús lloró según el Evangelio y se preguntó por qué llora Argentina. “Lloramos porque nos duelen los 649 combatientes fallecidos y más de mil heridos; lloramos porque nos duele la guerra, nos duele el olvido, nos duele la utilización ideologizada de la causa Malvinas; lloramos tantas promesas incumplidas; lloramos fracasos y frustraciones; lloramos también los muertos de la pandemia; lloramos de dolor, lloramos de tristeza, y también lloramos de bronca; lloramos porque nos duele la Patria”, agregó el clérigo que conduce la barca de la archidiócesis de Buenos Aires desde julio del año pasado y este fue su primer 2 de abril como en su cargo.

Luego citó al papa Francisco quien predica el poema de Jorge Dragone titulado Se nos murió la patria, que para él “es el réquiem más doloroso que he leído y de una belleza extraordinaria. Ojalá nunca nos suceda a nosotros”.

La canciller Diana Mondino estuvo presente durante la homilía

Del Gobierno nacional, en primera fila de la Catedral, lo escuchaba la canciller, Diana Mondino, rodeada de veteranos, familiares y amigos de caídos en la guerra contra Inglaterra.

“Decir Malvinas es decir identidad nacional, es decir Patria, es decir historia, presente y fututo, es decir fraternidad porque la causa de Malvinas nos une”, agregó García Cuerva, quien pidió imitar el ejemplo de María Magdalena que no se quedó hundida en su dolor, no se derrumbó por su tristeza” y que las lágrimas san don para ver más claro y que “la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina para que, de una vez y para siempre, germinen frutos de solidaridad, justicia, y paz para todos sus habitantes”.

Concluyó su homilía rogando a la Virgen de Luján, patrona de Argentina, para que “acaricie y cure las heridas aún no cicatrizadas de la guerra” y clamando “Malvinas, por siempre argentinas!”.

A la derecha del altar, durante toda la misa en la Catedral, se colocó a la imagen de la Virgen de Luján que viajó a la guerra en Islas Malvinas, luego capturada por los ingleses y devuelta a fines de octubre de 2019 por el gobierno británico. Antes de arribar a la Argentina la imagen de la virgen gaucha viajó a Roma y fue bendecida por el Papa Francisco en la Plaza San Pedro. Este martes entre los presentes de la ceremonia católica estaba el sacerdote Vicente Martínez Torrens quien viajó a las Islas Malvinas con el regimiento 25 llevando la imagen de la Virgen hoy en tierra argentina.

Por Lucas Schaerer