El exministro de Desarrollo Territorial y Hábitat y vicepresidente del Instituto Patria había sido asignado por el término de 180 días.
La renuncia del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, al cargo de interventor de Edesur que había asumido hace menos de dos meses puso al descubierto un hecho que se veía venir y que el Gobierno trató de contener con un relato oficial que quedó desvirtuado por la realidad.
El exministro de Desarrollo Territorial y Hábitat y vicepresidente del Instituto Patria se fue dando un portazo de la función a la que había sido asignado por el término de 180 días porque el plan de obras eléctricas de corto plazo para mejorar los servicios de Edesur, que el ministro de Economía, Sergio Massa, y la secretaría de Energía, Flavia Royón, anunciaron con bombos y platillos hace apenas 15 días, no cuenta aún con los recursos económicos que se necesitan para ponerlo en marcha en los tiempos y las formas que se habían prometido.
Presentado en medio de la estampida de los dólares blue y financieros, el plan de obras para Edesur mostró desde el arranque un claro tinte electoral que dejó sobrevolando más interrogantes que certezas.
Diseñado por Ferraresi y el titular del ENRE, el massista bonaerense Walter Martello, y exhibido políticamente como una dura respuesta oficial ante la deficiente prestación del servicio eléctrico de Edesur, el plan comprende 278 obras que se realizarán en 12 municipios del Conurbano: Florencio Varela, San Vicente, Presidente Perón, Ezeiza, Esteban Echeverría, Quilmes, Cañuelas, Avellaneda, Lomas de Zamora, Berazategui, Lanús y Almirante Brown.
Según los datos difundidos por el área energética, el plazo de ejecución de los trabajos iba a ser de 180 días, con una inversión estimada de $7.000 millones que beneficiaría a unas 600.000 personas.
En cuanto al costo de las obras, el Gobierno había indicado que la inversión en juego sería cubierta con el 37% de los fondos adicionales que recibirá Edesur por la aplicación del aumento acumulado del 261% en sus ingresos específicos que fue otorgado por la conducción del ENRE.
Ese ajuste quedó desdoblado en dos partes. La primera suba comenzó a regir desde el 1° de abril e implicó una mejora en el Valor Agregado de Distribución (VAD) del 107%. A eso se agrega otro aumento acumulado del 74% para la caja de Edesur, que comenzará a correr desde el primer día de junio.
Junto con ese programa de obras menores, Massa y Royón también anunciaron la construcción de la nueva “Subestación Mitre de 220/132 Kv y sus vinculaciones para la zona sur de la ciudad de Buenos Aires”. En este caso, la información oficial consignó que la obra iba a demandar un plazo de ejecución de 42 meses e implicaría una inversión de u$s145 millones.
Insuficiente
Dos días después del acto oficial donde se dieron a conocer las obras definidas para Edesur, el ceo de Enel Argentina y principal controlante de Edesur, Claudio Cunha, dejó al funcionariado en offside al advertir que el aumento tarifario concedido a la empresa resultaba “insuficiente para poder encarar los trabajos anunciados”.
En un comunicado enviado a la Bolsa de Valores, Cunha remarcó que “las tarifas otorgadas por el ENRE a Edesur (VAD) fueron diferidas a los meses de abril y junio y con esa dilación resultan insuficientes para hacer frente a la operación de la compañía e incrementar las inversiones. Por este motivo se está trabajando junto a las autoridades para conseguir los fondos que nos permitan hacer frente a las obras”.
Lejos de ser un “plan nuevo e integral” impuesto a Edesur por la intervención y el ente regulador, cerca del 80% de las obras en juego ya habían sido propuestas por la propia distribuidora que controla el grupo italiano Enel en la última audiencia pública realizada en enero, cuando se trataron el programa de trabajo y el aumento tarifario que requería la empresa para este año.
Además de no tener asegurados los fondos para el inicio de los trabajos, el plan de obras que el Gobierno trató de imponerle a Edesur enfrenta otro escollo operativo: no está definido todavía quién se encargará de adjudicar las obras y bajo qué modalidad contractual. La directiva de Edesur planteó que, por tratarse de trabajos menores que se deben realizar en un período breve de tiempo, corresponde que la empresa efectúe compulsas abreviadas de precios y contrataciones directas a las propuestas más convenientes. En cambio, las intendencias vienen sosteniendo que la mayor parte de las obras se pueden hacer con personal municipal o con las cooperativas de trabajo locales, quedando el pago de los anticipos y saldos finales a cargo de Edesur.
A esta controversia se agrega otro aspecto relevante que gira en torno al compromiso oficial de encarar la construcción de la nueva “Subestación Mitre”, una obra que demandará tres años y medio de trabajos que en su mayor parte tendrán lugar durante la gestión del próximo gobierno que asumirá en diciembre. Hasta ahora, nadie del Gobierno precisó quién se hará cargo de la inversión de u$s145 millones de la subestación: el Estado con fondos presupuestarios o la distribuidora con nuevos aumentos de tarifas que se trasladarán al público usuario.
En medio de estas idas y vueltas, Ferraresi dejó el cargo para el que había sido designado el 20 de marzo pasado sin haber presentado el denominado “plan de obras para el próximo verano”, que había sido uno de los objetivos que tenía la intervención.