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El teléfono rojo CFK-Axel, un golpe táctico en el PJ y la derrota épica de Milei

Cristina confirmó que será candidata y la política se puso en 2x. El duelo “viejo vs. nuevo” que le venden al presidente. Massa asoma. ¿A quién beneficia/perjudica una tercera vía en la provincia?

A 45 días del cierre de lista, un plazo que parece abultado para alguien que suele manejar el timming, Cristina Kirchner confirmó que será candidata en las elecciones bonaerense del 7 de septiembre. La versión circulaba hacía semanas en medio de la pelea de la expresidenta con Axel Kicillof. Sin embargo, el anuncio formal en el programa Minuto 1 de C5N, impactó como una novedad y todo se aceleró.

La propia CFK rompió la distancia con Kicillof, con quien no hablaba desde diciembre. El martes,  Mariano, secretario privado de Cristina, llamó a Nicolás, secretario del gobernador. Coordinaron un horario y tuvieron una charla de unos minutos en los que, dicen en ambas tribus, no se habló de cuestiones de fondo. Se prometieron volver a hablar en estos días y establecer un canal directo de negociaciones.

Es un cambio. La última vez que Kicillof quiso conversar con CFK ella lo mandó a hablar con Máximo Kirchner. El gobernador se reunió tres veces con el jefe del PJ bonaerense. Una vez mano a mano en la residencia de La Plata, otra a la que se sumó Sergio Massa y la tercera, maratónica, en las oficinas de una fundación platense vinculada a Julio Alak. Menos de 24 horas más tarde, el gobernador anunció el desdoblamiento de la votación bonaerense.

Una catástrofe para Cristina

Cristina especula, a partir de olfato y encuestas, que el desdoblamiento electoral puede derivar en una catástrofe electoral para el peronismo. Cree, en paralelo, que Kicillof no contempla la posibilidad de reprogramar la fecha. En C5N casi lo trató de “machirulo” cuando dijo, sin nombrarlo, que los dirigentes hombres no saben aceptar errores. Interpreta que los términos fácticos para desdoblar que invocaba Kicillof ya no existen.

En La Plata aseguran a Cenital que en el menú de Kicillof no figura la posibilidad de dar marcha atrás con el desdoblamiento. Apuestan a establecer una conversación con CFK que permita bajar la intensidad de la disputa pública, lograr que el scrum K sintonice con la defensa de la gestión bonaerense y se enhebre un acuerdo que garantice un factor básico: que los jefes locales tengan prioridad en sus territorios.

El axelismo teme, y en otros casos sabe, que más de un intendente que se muestra a su lado no podrá sostener hasta el final la postura cuando Cristina se pare enfrente. Miran, por caso, lo que pueda ocurrir con Andrés Watson de Florencio Varela, distrito donde retiene poder real el diputado Julio Pereyra. Pero el gran interrogante es La Matanza: ¿puede, Fernando Espinoza, armar una lista enfrente de la de Cristina Kirchner? ¿Puede Verónica Magario, la vice, sostener su alianza con Espinoza si este pacta con CFK contra Kicillof?

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Cristina habló con Espinoza y con Magario. Si CFK pudiese dar un solo golpe táctico, lo haría en Matanza: no solo por lo simbólico del territorio de la vice de Kicillof sino por el enorme peso territorial que tiene el distrito. “Robarle” a Kicillof este distrito y dejarlo casi sin representación en las bases, sería un movimiento durísimo para la pretensión kicillofista de una elección “de paridad” entre dos eventuales boletas peronistas.

Otros, como Jorge Ferraresi, de Avellaneda, y Juan José Mussi, de Berazategui, salieron a plantear que la postulación de CFK no los inquieta. Advierten, incluso, que si Kicillof hiciera un pacto de unidad con CFK, ellos igual irían con listas propias en sus municipios.

La derrota épica

El diseño electoral en el conurbano sur es una obsesión también para Javier Milei. En la cima del poder libertario circula, ya con CFK como candidata oficial, un relato para enfrentar la disputa del 7 de septiembre. La propuesta que le acercan al presidente se expone como una especie de derrota épica y apunta a construir, a partir de un potencial tropiezo electoral, una construcción simbólica positiva. La búsqueda de la fórmula mágica: “Ganar más allá de cómo salga la elección”.

Salvo dos territorios chicos, como Lobos y Magdalena, el peronismo controla todos los distritos de la Tercera Sección electoral por la que será candidata CFK. “¿Qué daría competir con un político tradicional contra el aparato peronista unificado y con Cristina en la boleta?”, se pregunta un operador libertario ante Cenital y se responde: “Hay que hacer algo absolutamente fuera de la caja”, es decir que vaya a contramano de lo previsible y/o usual.

Desde ese planteo se tejen todas las teorías febriles que van desde Iñaki Gutiérrez hasta Daniel Parisini aka el Gordo Dan como candidatos, la búsqueda de un outsider total –una periodista, un conductor de TV– o, incluso, algo todavía más extremo: “Un pibito enfrente de Cristina”, dice y repite, ya casi como eslogan, que será “lo nuevo contra lo viejo” y “los pibes contra los dinosaurios”. Una más: “Un gordo Twitter vs. todo el aparato clientelar del peronismo en su máxima expresión”.

Una apuesta racional sería, por ejemplo, postular a José Luis Espert. Pero el diputado no quiere, de ninguna manera, bajar a ese barro donde lo espera, muy probablemente, una derrota. Está seguro que encabezará la lista de diputados nacionales de LLA en las elecciones del 26 de octubre. Esta semana sumó otra señal: Karina Milei, que le venía retaceando visibilidad, lo recibió en Casa Rosada e hizo circular una foto compartida.

Terceros en discordia

Así como aceleró movimientos en LLA, la confirmación de CFK impactó sobre el panperonismo. Uno que jugó en espejo con la vice fue Sergio Massa. Desde un encuentro de intendentes del Frente Renovador se activó un operativo clamor para que sea candidato a diputado nacional en las elecciones del 26 de octubre. Como contó Cenital, Massa rankea para encabezar la boleta de senadores de la Primera Sección, el conurbano oeste y norte.

A Cristina le encantaría que Massa se anote para las elecciones del 7 de septiembre, como parte de la lógica de que esa es la elección importante, nacionalizada, y la que marcará la expectativa del peronismo no solo bonaerense sino el del todo el país. Massa espera pero no quieto. Una de las demandas que el exministro le hace a Kicillof tiene que ver con la falta de actitud para “intervenir” en el tablero electoral.

Massa advierte que el peronismo está en una situación tal que, más que la propia construcción de unidad, depende de la aparición de una oferta que le dispute votos a LLA. No es un planteo novedoso. Cuando se mira la foto del 2023, con el peronismo ganando en municipios como Bahía Blanca u Olavarría, la explicación es simple: la derecha fue dividida en dos ofertas, Juntos y LLA. Eso, todo indica, no ocurrirá este año. Por eso, la suerte electoral del peronismo dependerá en gran medida de que aparezcan, o no, alternativas al oficialismo nacional.

Contra todo los pronósticos, el desembarco de Juan Schiaretti en el conurbano, con una charla en Morón y un desayuno con dirigentes en Tigre, generó más inquietud en LLA que en el peronismo. La razón parece ser un nombre: Joaquín De la Torre, ex intendente de San Miguel, con peso en la sección, y que formó parte, aunque luego rompió, de LLA. Si De la Torre conforma un espacio junto con Schiaretti, al que se sumen desde Julio Zamora (Tigre) a Juan Zabaleta (Hurlingham) y hasta Soledad Martínez, intendenta PRO de Vicente López, nadie tiene certezas de a quin puede “robarle” votos: ¿al peronismo o a sectores medios que votaron a Milei y se desencantaron? En LLA siguen con atención esos movimientos y creen, a simple vista, que los puede perjudicar.


Por Pablo Ibáñez-Cenital