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Asumió García Cuerva como nuevo Arzobispo de Buenos Aires

Asumió como Arzobispo de Buenos Aires Jorge García Cuerva ante una multitud afuera de la Catedral metropolitana.

Asistieron el presidente Alberto Fernández y el Jefe de Gobierno Porteño Horacio Rodríguez Larreta, el Secretario General de la UTEP Esteban “Gringo” Castro, Lucas Pedro Secretario de Cultos de la UTEP, Alejandro Salomón Secretario General de Misioneros de Francisco de Matanza, Gustavo Veliz , el destacado periodista Lucas Schaerer, Perla Chávez candidata a Concejal por 3 de Febrero.

Algunos de los pasaje del discurso del nuevo Arzobispo

“No seguir alimentando la fragmentación y trabajar para que haya un lugar para todos”

El mensaje del arzobispo ofreció también una mirada social al recordar el trabajo de los comedores comunitarios, que en la pandemia “recibían a todos con un plato caliente”. Al dirigirse a los fieles porteños, con los que convivirá en la arquidiócesis, recordó especialmente a los 16.000 muertos por el Covid-19 que tuvo la Ciudad.
En línea con el Papa Francisco, pidió con insistencia que “nadie quede excluido”.

Pasaje de su homilía. Frente a la crisis, pidió “hacernos cargo y no mirar para otro lado, ante “una realidad económica y social que duele y congela el alma”.

Cuenten conmigo para lograr una presencia inteligente del Estado en favor de los sectores más vulnerables y excluidos.

García Cuerva realizó el juramento como 13° Arzobispo de Buenos Aires, ante el Nuncio Apostólico Miroslaw Adamczyk, representante del Papa Francisco.

Además estuvieron presentes los Arzobispos de La Plata Víctor Manuel Fernández,  y de Córdoba Ángel Rossi, y el padre Luis Pascual Dri, los tres flamantes Cardenales designados por Francisco y el presidente del Episcopado Monseñor Oscar Ojea. García Cuerva reveló en la misa que Francisco lo llamó esta mañana, dijo que en momentos difíciles siempre le aconsejó “no perder la calma y el buen humor”.

“Un lugar para todos”

García Cuerva reveló que sueña “con una Iglesia arquidiocesana y una ciudad con lugar para todos, aunque seamos muchos.

Evocó, en ese sentido, su experiencia como sacerdote en las villas y barrios populares, donde “siempre había espacio para uno más, aunque se vivía en el hacinamiento y la precarización de la vivienda”. Su lema episcopal, precisamente, es “No apartes tu rostro de los pobres”.

Y concluyó: “No le tengamos miedo al futuro, que el chiquitaje no nos gane y no nos consolemos con vuelos rastreros. Como dice Francisco, soñemos en grande”.