El libertario sumó a Bullrich a su gobierno y dinamitó el PRO. Menem será presidente de Diputados. El marco de alianzas, una incógnita a una semana de la asunción.
“Fíjense bien con quién hacen alianzas, porque acá las estrellas después desaparecen”. Victoria Villarruel escuchó el consejo en la recorrida que hizo esta semana por los despachos del Senado. En plan amistoso, la vicepresidenta electa intentaba interiorizarse sobre el funcionamiento de la Cámara alta, donde La Libertad Avanza (LLA) tendrá a partir de diciembre apenas siete bancas. El interlocutor, viejo conocido de la casa, ponía sobre la mesa lo que toda la dirigencia mira azorada, a una semana de la asunción del nuevo presidente: que Javier Milei busca dinamitar su relación con Mauricio Macri, pero todavía no tiene definido con qué socios políticos intentará darle curso a su gobierno. Mientras, los gobernadores esperan con el cuchillo entre los dientes.
La definición de la presidencia de la Cámara de Diputados es un botón de muestra del desorden. El Pacto de Acassuso que selló el apoyo de Macri y Patricia Bullrich a Milei en el ballotage tenía como presupuesto el nombramiento en ese lugar de Cristian Ritondo, impulsado por el expresidente. Milei decidió reescribir el contrato una vez consumada la victoria.
“La gente nos hubiera acompañado igual, porque votó un cambio. Macri no compró acciones en el gobierno”, resumió Guillermo Francos, futuro ministro del Interior y el hombre a cargo del manejo político de LLA. Francos fue el primero en marcar su resistencia al nombramiento de Ritondo y el desembarco del exjefe político del exministro bonaerense, Miguel Ángel Toma, en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). El diputado del PRO tampoco juntaba los votos necesarios para quedarse con el lugar.
Francos decidió cambiar el marco de alianzas y le ofreció a Milei un giro hacia el peronismo no kirchnerista. Mientras, acercó al gabinete a funcionarios de Juan Schiaretti y propuso como presidente de la Cámara a Florencio Randazzo. Fue un mal cálculo y el plan fracasó. El exministro del Interior no consiguió el apoyo suficiente, pese al esfuerzo que hicieron su amigo personal Emilio Monzó y algunos caciques peronistas, como Juan Manzur.
Los libertarios se plantaron y reclamaron la presidencia de la Cámara para su espacio. El elegido para ocupar el lugar fue el riojano Martín Menem, hijo del exsenador Eduardo Menem y sobrino del expresidente Carlos Menem. Puro de la LLA, Menem es un recién llegado a la política que porta un apellido de peso. Además, el futuro oficialismo propondrá como presidente provisional del Senado a Francisco Paoltroni, senador electo por Formosa.
El reclamo de la bancada libertaria electa contó en el camino con una aliada inesperada: Cristina Fernández de Kirchner. La vicepresidenta puso fin a los trascendidos este miércoles, cuando publicó su opinión en redes sociales. “Sigo pensando exactamente lo mismo de siempre: tanto la presidencia provisional del Senado como la presidencia de la Cámara de Diputados le corresponden a un representante de LLA, fuerza política que por amplia mayoría obtuvo la representación popular para desempeñarse al frente del Poder Ejecutivo”, dijo. Citó como antecedente lo sucedido en 2015, cuando el Frente para la Victoria le cedió los dos lugares a Cambiemos, pese a que no tenía mayorías en el Congreso. Una lección aprendida de la crisis de 2001. Menem y Paoltroni quedarán en la línea de sucesión presidencial.
Aunque es un secreto a voces que se empezará a desgranar después del cambio de gobierno, el bloque de Unión por la Patria (UP) es todavía primera minoría en ambas Cámaras y aporta los votos necesarios para la definición de autoridades. La línea de Cristina tiene, además, efectos políticos deseados. Erosiona el vínculo de Milei con Macri por la exclusión de Ritondo y también con el peronismo no kirchnerista por la baja de Randazzo. De paso, funciona como pequeña venganza contra el exministro del Interior cristinista.
Mientras, la vice saliente se ocupó de cerrar los acuerdos para proponer a Juan Manuel Olmos al frente de la Auditoría General de la Nación. Su designación saldrá de una resolución que firmarán los presidentes de ambas Cámaras -Villarruel y Menem- a propuesta del partido de oposición con mayor cantidad de representantes en el Congreso. Villarruel y Cristina se vieron hace dos semanas en el Senado. Pese a las diferencias, encontraron puntos en común. Hablaron de Malvinas y de la fe católica. La exmandataria tiene varias imágenes religiosas en su despacho y es devota de la Virgen. Conversaron sobre la importancia del papa Francisco, casualmente muy cercano a Olmos, a quien bautizó cuando era un recién nacido.
Crónica de un divorcio
“Firmamos el divorcio con Macri”. Sin medias tintas, un colaborador estrecho de Bullrich relató ante Letra P el estado del vínculo de la ex y ahora futura ministra de Seguridad con el expresidente. Hacía un par de horas que Bullrich había estado en el Hotel Libertador, donde se reunió con Milei para terminar de cerrar su desembarco en el gobierno libertario.
La relación con Macri voló por el aire. Bullrich se hartó antes de octubre de los coqueteos del exmandatario con Milei. Después, sellaron juntos el Pacto de Acassuso y la exministra dio por sentado que manejarían en conjunto la negociación para copar el gabinete libertario, pero se enteró por televisión de la llegada de Macri al búnker de Milei después del ballotage.
“Macri abordó mal el proceso. Dijo: ‘yo soy el jefe, el circo me pertenece, ustedes son mis empleados’. No entendió lo que pasó en la elección”, razonan en el bullrichismo. Con el expresidente en Arabia Saudita, la titular del PRO aprovechó para negociar con Milei de manera independiente. El libertario vio la veta de la discordia y avanzó. Bullrich prometió, además, romper el bloque amarillo y llevarse una decena de diputados a LLA. En la lista estarían Laura Rodríguez Machado, Sabrina Ajmechet, Damián Arabia, Daiana Fernández Molero, Silvana Giudici, Ingrid Jetter, Patricia Vázquez, Alejandro Bongiovanni, Sergio Capozzi y Ricardo López Murphy.
Macri se desayunó a la distancia de la jugada de Bullrich y del nombramiento en Economía de Luis Toto Caputo. El exministro de Finanzas de Cambiemos llegó a Milei vía Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete, y Santiago Caputo, su sobrino y responsable de la campaña de Milei, que también tiene injerencia en las definiciones políticas. Quienes lo conocen lo definen como “el Marcos Peña de Javier”.
Caputo, Posse, Francos y Karina Milei son los auspiciantes de la distancia con el expresidente, que ahora también decidió hacer público su malestar. Este viernes, felicitó a Caputo y Bullrich pero dijo que se sumaron al gobierno de Milei de manera “personal” y se desligó de los nombramientos, aunque ambos representen a la perfección sus ideas.
Después de gritar a los cuatro vientos que apoyaba a Milei de manera “desinteresada” y celebrar el triunfo de “las ideas de la libertad”, Macri quedó en una encrucijada. “La gran pregunta ahora es cómo recula. No puede decirles a sus votantes que no banca a Milei”, razona un dirigente que siguió de cerca las negociaciones del Hotel Libertador.
Gobernadores, al ataque
Las cuentas parlamentarias del próximo gobierno no cierran en ningún contador. LLA ocupará a partir de diciembre 38 bancas en la Cámara de Diputados. Le faltarán 91 para conseguir el cuórum. En el Senado la diferencia será de 30. El acuerdo con Macri pende de un hilo y la alianza con el peronismo no kirchnerista no se terminó de conformar. Los votos de Bullrich no alcanzan ni para empezar a hablar.
La improvisación alarma a la dirigencia más experimentada. En el Ejecutivo hay estupor por la “falta de conocimiento del Estado” que exhiben los enviados para la transición. El nuevo gobierno lanzó una convocatoria desesperada a llenar espacios, ofreció continuidad a funcionarios de Alberto Fernández y abrió las puertas a las corporaciones. El Grupo Eurnekian va a la cabeza, seguido por enviados de Paolo Rocca (Techint) y de Eduardo Elsztain (IRSA). También del holding de Gerardo Werthein, que será embajador en Estados Unidos.
Villarruel tomó nota de que nada será fácil en el Senado. La vicepresidenta electa dio pocas precisiones de lo que viene. Dijo que el gobierno de Milei enviará en diciembre leyes de reforma del Estado, la declaración de emergencia económica, reorganización de ministerios y el Presupuesto 2024. En esos temas trabaja Federico Sturzenegger.
En UP le respondieron que no tendrán problemas para votar la ley de Ministerios, porque la organización del Estado es potestad del presidente. Advirtieron límites: no apoyarán privatizaciones ni recortes presupuestarios en áreas sensibles. Nada que contradiga la plataforma electoral del peronismo. A Villarruel le pareció lógico. Sugirió empezar por los puntos de acuerdo. “No te vamos a mentir. Si te decimos que algo no nos gusta, no lo votamos. Ustedes definan con quién van a hacer su marco de alianzas y qué trabajo quieren llevar adelante”, le dijo un senador del peronismo.
De dónde sacará los votos LLA para avanzar en reformas sustanciales es una pregunta que nadie sabe responder. “Será ley por ley”, avisan los operadores más avezados del Congreso, donde vislumbran por ahora apoyos aislados. Los gobernadores enviaron ese mensaje esta semana en la foto que armaron en el Ministerio de Economía junto a Sergio Massa.
Fue un encuentro inédito, que reunió a 28 gobernadores y un vice, entrantes y salientes, de UP, JxC y fuerzas provinciales. De la reunión surgió el anuncio de que el Poder Ejecutivo enviará esta semana al Congreso un proyecto consensuado por todos para compensar con el Impuesto al Cheque la pérdida de fondos por la eliminación del Impuesto a las Ganancias y la devolución de IVA. La propuesta surgió de JxC, fue leída en la reunión por Rogelio Frigerio, apoyada por todos y corregida por Axel Kicillof. Un acuerdo sorpresivo que le empezó a marcar la cancha a Milei.
“Si está a favor de la eliminación de impuestos, que lo haga con los recursos de la Nación y no de las provincias”, apuntó uno de los mandatarios ante este medio. La discusión se avizora complicada. La comparación con la era Macri no cuadra. El expresidente negoció con los gobernadores y consiguió los votos que no tenía en el Congreso. A cambio, repartió recursos. Las provincias se llevaron todo lo que pudieron. Milei dijo que “no hay más plata”, anunció el fin de la obra pública y les indicó a los gobernadores que “corten gastos y pongan los números en orden”.
Por Gabriela Pepe-Letra P