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Milei gana terreno en una red evangélica global que pide derogar el aborto y rechaza la homosexualidad

La prédica de Franklin Graham ante 70 mil personas en Vélez confirmó la expansión de las iglesias evangélicas al calor libertario. El investigador Ariel Goldstein explica su relación con el sionismo y la extrema derecha. La agenda en el Congreso de la nueva bancada de la fe.

Desde lo alto del estadio de Vélez, el viernes pasado durante el Festival evangélico Esperanza Buenos Aires, se veían niños subiendo por las gradas, corriendo sobre el césped de la cancha y jugando entre las sillas bajo una llovizna y un frío casi invernal. Ellos fueron los receptores del primer espectáculo de la tarde, que combinó coreografías y canciones infantiles. Al final de la jornada, recibirían una dosis de educación sexual evangélica. Dios quiere que disfruten del sexo y que lo usen”, les dijo Franklin Graham, el pastor más influyente del mundo y asesor espiritual de Donald Trump, pocos días después de haberse reunido con Javier Milei.

El evento fue organizado por la Billy Graham Evangelistic Association y la ONG Samaritan Purse, que dirige Franklin (ambas valuadas en 765 millones de dólares, según la prestigiosa revista New Yorker), en el marco de una estrategia regional de la derecha evangélica alineada con el trumpismo, que busca darle un mayor impulso al regreso de una corriente conservadora mundial.

Frente a 40 mil personas en el estadio de Vélez (entre viernes y sábado concurrieron 70 mil fieles), el pastor internacional de 73 años, hijo del legendario Billy Graham y heredero de la dinastía evangélica fundada por su padre, aclaró: “Pero el sexo debe ser usado dentro del matrimonio. No entre dos hombres. No entre dos mujeres”. La multitud lo ovacionó, y Graham -que en su país promueve un discurso antiimigrante y afirma que Trump es un “enviado de Dios”- continuó su prédica en defensa de la familia tradicional, en contra del aborto y llamando al arrepentimiento de los “pecadores sexuales”.

Este es el momento propicio para el crecimiento de las derechas y de las iglesias evangélicas”, sostiene Ariel Goldstein, investigador del Conicet y autor de Poder Evangélico y La cuarta ola: Líderes, fanáticos y oportunidades en la nueva era de la derecha extrema. “En sociedades atravesadas por crisis económicas y de pertenencia, estos espacios ofrecen contención, moralidad y comunidad”, agregó.

Del trumpismo al mileísmo: una red de fe y poder

La expansión del evangelismo en la región se consolidó con la victoria de Donald Trump en 2016 y el apoyo político de pastores ultraconservadores. En 2018, el triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil coincidió con el debate por la legalización del aborto en Argentina, que visibilizó a los movimientos evangélicos y fortaleció su capacidad de organización.

“De ese proceso surgieron figuras como Cynthia Hotton, candidata junto a Gómez Centurión en 2019, y otros referentes que intentaron vincular derecha y evangelismo. Aunque esas experiencias no prosperaron, marcaron el inicio de un proceso de politización que hoy continúa bajo nuevas formas”, explica el autor de Poder evangélico.

En este contexto, tras las múltiples crisis que dejó la pandemia y con un movimiento evangélico en crecimiento —del 9% de la población argentina en 2009 pasaron al 15% en 2019—, Milei asumió la presidencia y replicó la fórmula de Estados Unidos y Brasil: buscar el respaldo de pastores como puente hacia sectores populares y conservadores. A cambio, el Gobierno impulsó medidas que reforzaron la presencia institucional y territorial de las iglesias evangélicas.

Beneficios y respaldo estatal

El Ejecutivo avanzó con el Decreto 486/2025, que permite a las iglesias no católicas constituirse jurídicamente bajo su propio marco religioso, habilitando la posibilidad de administrar sus bienes y llevar registros contables sin necesidad de hacerlo como asociaciones civiles o fundaciones. Además, un dictamen de la Procuración del Tesoro, emitido en enero, eximió a una congregación del pago de aportes sindicales por motivos de conciencia religiosa, medida que favoreció al sector evangélico y debilitó el poder sindical.

También, a través de la llamada “ley de rezagos”, la Secretaría General de la Presidencia distribuyó miles de bienes incautados por la Aduana a fundaciones vinculadas a congregaciones religiosas. Entre las más beneficiadas figuran la Fundación Cristiana Cielos Abiertos (Mendoza), con más de 800 mil artículos; la Fundación Portal del Norte (Chaco), con 7.500; y la Asociación Visión de Campeones (Corrientes), con más de 30 mil productos, entre ropa, utensilios y artículos de higiene.

En julio, Milei tuvo otro gesto fuerte hacia la comunidad evangélica: se convirtió en el primer presidente en visitar un templo evangélico: Portal del Cielo, en Resistencia, el más grande del país, inaugurado dos días antes.

Ahora, la agrupación Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina (SAEA) denunció que el Gobierno designó a las iglesias y organizaciones religiosas como intermediarias en la distribución de asistencia alimentaria, un rol que antes correspondía a los comedores populares. Entre las beneficiarias figuran ACIERA (Asociación de Iglesias Evangélicas) y el grupo católico Conin, encabezado por Abel Albino.

“En Argentina, el evangelismo no tiene aún el peso institucional que alcanzó en otros países, pero La Libertad Avanza busca construir una alianza más sólida con esos grupos”, señala Goldstein.

La irrupción legislativa del bloque de fe

Tras el triunfo legislativo de octubre, esa alianza se consolidó. Milei encabezó en la Casa Rosada la primera ceremonia evangélica en la historia del Ejecutivo, organizada por ACIERA, la principal alianza de iglesias del país.

En el Congreso, los evangélicos obtuvieron seis bancas nuevas. El bloque de fe está integrado por las senadoras Nadia Márquez (quien mantiene estrechos vínculos con Israel y su nombre suena como futura candidata a gobernadora de Neuquén) y Vilma Bedia, y por los diputados Mónica BecerraMaira FríasMiguel RodríguezGastón RiescoSoledad MondacaSantiago Pauli y Lourdes Arrieta (hoy exlibertaria). Impulsan una agenda centrada en la defensa de la familia tradicional, la revisión de la ley de aborto, cambios en la educación sexual y una reforma de la ley de salud mental.

También buscan, según declaró Márquez, mayor incidencia en organismos como la Defensoría de los Derechos del Niño. Su objetivo es trasladar al plano legislativo el ideario moral y religioso que comparten con el oficialismo, combinando conservadurismo en lo cultural y liberalismo en lo económico.

“La llegada de referentes evangélicos al Congreso introduce, por primera vez, una representación directa de su visión religiosa en el ámbito legislativo. Aunque su número es limitado, su influencia ya se percibe en la agenda pública”, dice Goldstein.

Banderas argentinas y banderas de Israel

En Vélez, una multitud de familias de sectores mayormente populares ocupaba las gradas. Algunos sostenían cruces, otros termos y mates. Hombres con remeras que decían “Caballeros del Rey” cantaban con los brazos al cielo; mujeres reían o se abrazaban, visiblemente conmovidas. Mientras, el influencer de la fe más importante de Occidente seguía con su prédica.

“Cuando aterricé, me encontré con su presidente. Y me gustó mucho”, declaró Graham. “Dentro de nosotros hay un vacío que sólo puede ser llenado por Dios. Y yo te digo: Dios tiene un plan para tu vida”, continuó.

“Las iglesias evangélicas se adaptan con facilidad a las realidades locales: sus pastores mantienen un vínculo directo con la comunidad, tienen presencia en los barrios y logran conectar con los jóvenes mediante un lenguaje cercano. Esa flexibilidad, junto con la autonomía de sus congregaciones —sin una jerarquía central como el Vaticano—, potencia su expansión y su influencia política”, explica Goldstein.

Entre las luces, flameaban banderas argentinas y del Estado de Israel, mezcladas en una misma exaltación espiritual. Esa alianza entre fe evangélica y judaísmo se refleja en el Gobierno tanto en la religión que profesa Milei como en eventos como La Derecha Fest, donde pastores evangélicos comparten escenario con figuras del liberalismo libertario quienes reivindican al Estado de Israel.

“El evangelismo pentecostal mantiene un fuerte alineamiento con el Estado de Israel, promovido desde Estados Unidos y basado en una creencia teológica: el regreso del Mesías y la refundación del mundo ocurrirán en Jerusalén. Esa convicción sustenta su respaldo político a medidas como el traslado de embajadas y su afinidad con el gobierno israelí”, analiza Goldstein, que completa con otro punto de contacto entre la fe pentecostal y la visión libertaria: “Los pastores se presentan como modelos de éxito bajo la teología de la prosperidad, que combina fe, mérito y autosuperación. Sus iglesias funcionan como organizaciones con poder económico y presencia mediática. Esa fusión de religión, emprendimiento y eficiencia las convierte en un actor político en ascenso”.

Por León Nicanoff-ElDiarioAr

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