José Luis Lingeri, uno de los integrantes de la mesa chica de la CGT, y secretario general del sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias (SGBATOS), ofreció en una conversación con PERFIL su análisis de la medida de fuerza del jueves y confirmó que hay contactos con el oficialismo por la situación de las obras sociales.
El experimentado dirigente sindical se desmarca de los sectores más combativos del gremialismo que ya piden otro paro y apuesta al consenso con el Gobierno para alcanzar “acuerdos mínimos”. A su vez, confesó que espera más cambios en la reforma laboral que se debate en el Senado.
—¿Qué balance realizó del paro?
—Contundente. El Presidente, más allá de la legitimidad del voto, está cumpliendo con lo que dijo en campaña, y se encaró un proceso de ajuste muy profundo que llega a todos los sectores, tenemos cada vez menos trabajadores en relación de dependencia y necesitamos que los sectores que manejan el poder económico inviertan para generar puestos de trabajo.
—¿Ve algún esfuerzo del Gobierno para cambiar esta realidad que describe?
—Estamos haciendo un esfuerzo para encontrar el diálogo, aunque sea alcanzar acuerdos mínimos. Sabemos que este gobierno, por su ideología, está enfrente nuestro pero el movimiento obrero siempre demostró flexibilidad y paciencia para resolver los temas que preocupan a los trabajadores. No veo otro camino que no sea el diálogo.
—¿Cree que pueden existir más cambios en la reforma laboral?
—De los 60 artículos, quedaron 16 y hay 5 que se están discutiendo. El más urticante es el 93, que cambia la forma de contratación y vulnera el sistema de convenios. Ojalá se pueda cambiar en el Senado, para que todos empecemos a trabajar por el desarrollo del país. Veo mucha fragmentación en la sociedad: hay cansancio en varias personas, en algunos también veo esperanza porque creen que este es el camino adecuado. Pero la grieta no sirve.
—Se nota a la CGT unida. ¿Cómo se gestó esta concordancia?
—Se viene trabajando desde hace tiempo. No todos pensamos igual, algunos tienen posiciones más duras. Pero no es un problema de halcones y palomas, hay mucha conversación. Algunos a lo mejor creen que con el paro permanente puede estar la solución pero el paro se agota en sí mismo, no podemos llevar a la gente todos los días a una medida de fuerza porque se pierde salario y presentismo.
—¿Qué propuesta tiene la central para el Consejo del Salario?
—Queremos que el salario mínimo vital y móvil sea de 400 mil pesos para mayo, ese fue el planteo de la CGT, pero no hubo acuerdo ni propuesta con el sector empresario, que jugó a la baja como hizo en el consejo anterior. Hoy el sueldo no cubre la canasta básica alimentaria.
—¿Qué pasa con los fondos para las obras sociales?
—Estamos tratando de recomponer el diálogo porque el sistema de salud está muy comprometido. Y el gran insumo que se lleva la mayor parte del Fondo Solidario de Redistribución es la discapacidad, y en marzo hubo un ajuste del 12%.
—¿Hay compromiso de fondos?
—El problema es que es una sábana corta. Al gobierno anterior se le pidió un aporte extraordinario de 132 mil millones de pesos, de esa solicitud nos dieron 70 mil. Buscaremos alternativas. Eso sí: la eliminación del SUMA no sirve, solo va a beneficiar las obras sociales de mayor número y van a sufrir las que tengan menos de cinco mil afiliados.
—¿Qué reclamos posee su gremio?
—Hay que poner en orden la caja de la empresa, ver gastos que no sean necesarios. Estamos en contra de la privatización, hay medidas alternativas que se pueden acordar.
Por Juan Pablo Kavanagh-Perfil