Polémica por la represa Portezuelo del Viento. En La Pampa estallaron al conocer que Guzmán exceptuó a los bonos de la hidroeléctrica del último reperfilamiento y presentaron un proyecto de ley para derogar la medida.
El visto bueno del Gobierno nacional para la puesta en marcha de la represa Portezuelo del Viento, sobre el río Grande en la provincia de Mendoza, agitó las aguas en las provincias que integran la cuenca del río Colorado, el curso de agua más afectado en la región Patagónica. Neuquén y Río Negro, como también las localidades perjudicadas en esos territorios, salieron con los tapones de punta. Entre ellas La Pampa.
EL que alzó la voz fue el exgobernador, Carlos Verna, quien no vaciló en apuntar contra Alberto Fernández. “Antes nos cagaba Macri, ahora nos cagó un compañero”, escribió en su cuenta de Twitter.
El presidente @alferdez defaulteó la deuda de los bonos de legislación nacional, excepto los de Portezuelo.
Antes nos cagaba @mauriciomacri, ahora nos cagó un compañero pic.twitter.com/spXAIPtt8q— Carlos Verna (@VernaOficial) April 7, 2020
El proyecto de la represa Portezuelo del Viento la ubica sobre el río Grande (el afluente más importante, que entrega el 70% del caudal al río Colorado), al sur de la provincia de Mendoza, y la gran muralla no solo divide las aguas de ese curso que es afluente del Río Colorado, sino, también, las opiniones en las provincias afectadas.
En el tramo norte, la primera localidad que sufrirá el impacto es la neuquina Rincón de los Sauces. Los vecinos de la urbe petrolera reclamaron, con una masiva marcha, el golpe que significará la merma del caudal de agua del río que abastece de agua potable a todos los vecinos.
Por otra parte se puso sobre la mesa el descontento ante el posicionamiento del gobierno provincial y se reclamó la puesta en marcha de un estudio de impacto ambiental de toda la cuenca que abarca el Colorado y la concreción de una audiencia pública nacional.
Ante el malestar generado, el gobierno de Omar Gutiérrez envió una comitiva para poner paños fríos al conflicto, y si bien no se manifestó la oposición a la construcción de la represa, se dejó en claro que se exigirán los puntos planteados por la comunidad rinconense.
Aguas abajo, la problemática también se intensificó. En Río Negro, el descontento es generalizado. Además de ser utilizado para consumo, el río es la principal fuente de riego de la actividad frutícola, uno de los motores de la economía regional. En contrapartida, la histórica merma en el caudal de agua del río Colorado agravó el reclamo en los municipios que se ubican en sus costas. Si bien la Provincia había dado luz verde a la construcción de la represa en Mendoza, con el cambio de administración, ahora en manos de Arabela Carreras, la postura dio un giro de 180 grados.
Al comienzo de su gestión, la mandataria solicitó replantear el tema, al tiempo que reclamó la intervención del Gobierno nacional en la regulación del uso de agua. En esta misma línea exhortó a una discusión interprovincial.
Lejos de apaciguarse el conflicto, las posturas son instransigentes y no reconocen simpatías políticas. La enorme muralla mendocina enciende los reclamos, mientras tanto crece el temor por el impacto ambiental en el río Colorado, un cauce que se vería afectado en las
próximas décadas. Mientras tanto, el Comité interjurisdiccional del Río Colorado se llama al silencio en pos de encontrar un acuerdo entre las provincias afectadas.