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¿Qué es el síndrome de burnout?

El exceso de trabajo, también conocido como “síndrome de burnout”, fue reconocido por primera vez en el mes de mayo del año pasado como un trastorno mental en la última versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS lo asocia a la sección «problemas asociados al empleo y desempleo» y lo describe como «un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito».

El Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21, la institución que mide el índice de bienestar emocional y estrés en trabajadores argentinos, identificó que el 41% de las personas presenta signos ligados al síndrome de burnout o agotamiento laboral. A su vez, que las mujeres son más propensas a tenerlo y que solo el 15,2% de los millennials que lo padecen, es feliz en su trabajo.

Los jóvenes con este síndrome tienen menor orgullo de pertenecer a su organización, no se sienten valorados y son los menos satisfechos con la remuneración económica que reciben. Pero, ¿por qué tanta exigencia? Para la psicoanalista Fiorella Litvinoff, las presiones de ser exitoso y tener dinero para poder acceder a los bienes de consumo que supuestamente traen consigo la felicidad, son algunas de las principales causas de la enfermedad.

La investigación que analizó el síndrome en diferentes generaciones de argentinos, arrojó que el gran agotamiento impacta más en la felicidad de los millennials. Se estima que, en los trabajadores con burnout, tan solo el 15,2% es feliz en su trabajo, seguido por los integrantes de la Generación X (26,1%) y los baby boomers (41%).

El burnout se caracteriza por tres dimensiones:

1) Sentimientos de falta de energía o agotamiento

2) Aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo

3) Eficacia profesional reducida

Los hallazgos revelados por la investigación develan que el 41% de los trabajadores siente que «siempre o casi siempre» le resulta difícil relajarse después del trabajo, mientras que el 32% muestra signos claros de desmotivación. ¿Las consecuencias? No solo una baja en los niveles de productividad y desempeño, sino que, sobre todo, las personas pueden sentirse menos involucradas y más distanciadas del trabajo.

Diversos factores inciden en el agotamiento. Una respuesta típica es la aparición del “cinismo” frente al trabajo. “El burnout produce un fenómeno denominado cinismo. Se trata de un daño en la salud emocional que deriva en la sensación de desvalorización de las tareas de las personas y en la percepción de no tener las competencias que su puesto le requiere”, explicó el doctor Leonardo Medrano, secretario de investigación del Observatorio.

Los millennials con burnout están menos satisfechos con el reconocimiento que reciben por su esfuerzo y la valoración de sus superiores por sus contribuciones individuales a la organización. Solo el 18,6% de esta generación se encuentra satisfecho y únicamente el 24,3% se manifiesta de acuerdo con el reconocimiento por sus logros. 3 de cada 10 con niveles superiores de este síndrome se encuentra desafiado por las tareas (32,9%). Además, solo el 34,2% siente que puede hacer uso de sus habilidades.

Solo el 16% de jóvenes con burnout se siente valorado por la organización y el 5% se siente satisfecho por el dinero que recibe por su trabajo. Únicamente el 33,3% se siente orgulloso de pertenecer a la empresa en la que trabaja, frente al 43,2% de Generación X y el 54,7% de baby boomers.

El agotamiento es un proceso gradual. No sucede de la noche a la mañana y aunque los signos y síntomas son sutiles al principio, empeoran con el tiempo. Los efectos negativos se extienden a todas las áreas de la vida, incluyendo el hogar, el trabajo y la vida social. A su vez, puede causar cambios a largo plazo en el cuerpo convirtiéndolo en vulnerable a distintas enfermedades. «En pos de un reconocimiento laboral o una retribución económica se terminan perdiendo vínculos y momentos valiosos de otra índole», aseveró la especialista.

El burnout ignorado o no abordado puede tener consecuencias significativas, que incluyen: el estrés excesivo, la fatiga, el insomnio, la tristeza, ira o irritabilidad, el uso indebido de alcohol o sustancias, enfermedad del corazón, alta presión sanguínea y vulnerabilidad a las enfermedades en general.

Para Litvinoff, la era digital funciona como escenario que potencia el agotamiento crónico laboral. “En los tiempos presentes se dificulta la espera. Que la comunicación sea mucho más accesible y veloz, por ejemplo, posibilita que el empleador pueda ubicar fácilmente al empleado en horarios no laborables e incluso los fines de semana para tratar cuestiones meramente profesionales”, indicó.

Sin embargo, no todas las cifras son negativas: los llamados millennials “burned-out” están más satisfechos con la colaboración en los equipos laborales que otras generaciones (43%, frente al 39,4% de la Generación X y el 34,2% de los baby boomers). En términos generales, según estos datos, los jóvenes trabajadores con síndrome de burnout tienen menor orgullo y sentimiento de pertenencia con su ámbito institucional, no se sienten valorados y son los menos satisfechos económicamente, en comparación con otras generaciones.

“Con estos resultados queda un amplio espectro de indicadores para trabajar, sobre todo en las adaptabilidades de las nuevas formas de trabajo, los sentimientos de las nuevas generaciones, las necesidades que manifiestan y las competencias a desarrollar para gestionarlas dentro de los espacios de trabajo”, aseguraron los autores de la investigación.