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Pepe Novoa: “Veo a Macri desgastado y sin la fuerza del inicio de la gestión”

El actor cuestiona al Gobierno por considerar que generó más pobreza. Considera que, pese a los errores, la plata estaba más repartida en la gestión kirchnerista y critica la llegada del FMI, porque “suele vaciar a los países”. También cree que la grieta fue buena al permitir que la gente confrontara, pero tuvo mala prensa.

Pepe Novoa tiene 80 años y acumula una extensa y reconocida trayectoria en cine, teatro y televisión de la cual podría vanagloriarse. Es un actor de raza pero su principal orgullo -según relata- es su amor por Elena. “Llevo cincuenta y cinco años de casado con ella y si bien hemos tenido altibajos como todas las parejas, somos muy felices, tenemos tres hijos maravillosos y cuatro nietos con los que compartimos la vida”, cuenta con alegría, mientras se acomoda en un sillón de cuyo respaldo cuelga un pañuelo verde -símbolo de la lucha a favor de la legalización del aborto- que le regaló uno de sus nietos.

Amable, cordial y con una energía envidiable, es de los que afronta los problemas y no reniega por los achaques de la edad. “Los años pasan factura, hay cosas que corregir y más pastillas para tomar pero mientras pueda caminar, trabajar y el coco esté equilibrado, lo agradezco porque, a esta edad se disfrutan otras cosas. ¡Yo ya estoy hecho!”, expresa con un estado de plenitud envidiable.

No se le escapa nada de lo que pasa a su alrededor y afirma que la situación está muy difícil. “Hay gente con carencias grandes y desafortunadamente uno no puede ayudar a todos. En general, le echamos la culpa al Estado pero el Estado somos todos y a veces ves cosas que te entristecen”, remarca. Aún así, asegura que sigue siendo optimista, que ha pasado por “situaciones bravas”, pero siempre salió a flote.

¿Cuál creés que fue la peor crisis que hubo en el país?

-Los años de la dictadura. Ahí se complicó todo, mis hijos eran chicos y de pronto te encontrabas con que estabas prohibido, quizás más en la tele porque en teatro, mal que mal, te la rebuscabas. Y cuando Argentina salió campeón mundial de fútbol en el 78 no estábamos de acuerdo con lo que pasaba en el país, pero sí con que la gente estuviera contenta. Quizás esas pequeñas alegrías que tiene la gente más popular, porque probablemente no tenga otras expectativas de vida, se disfrutan en patota.

¿Cómo ves al Presidente?

-Lo veo perturbado. Noto desgaste en su rostro y siento que desapareció la fuerza que mostró en el comienzo de su gestión. No se si lo que hace es por testarudo o porque realmente no puede modificar sus ideas, que no comparto. Ha generado mucha más pobreza y no estoy diciendo que lo anterior fue maravilloso, sino que estaba un poco más repartida la guita. Por suerte están manteniendo los salarios familiares, pero el único que nos presta plata es el FMI. Y en todos los lugares en lo que cae el Fondo, vacía a los países. La balanza comercial del país no camina y ver como están las cosas entristece.

¿Cómo lo pasaste en épocas donde la grieta estaba más candente?

-Yo convivo con una gama amplia. Mis compañeros, inclusive con los que trabajo en SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Autores e Intérpretes), representan a diferentes partidos y otros que no pertenecen a ninguno. Lo mismo pasa con la Asociación Argentina de Actores, porque muchos creen que son todos monolíticamente peronistas o kirchneristas y no es así. En los elencos de actores no se siente la grieta, algunos estaremos más cerca del cordón, otros de la vereda pero el camino que seguimos es el mismo. Todos queremos que la gente no pase hambre y no duerma en la calle pero las condiciones son bravas. Me gusta la palabra “grieta” porque significa que algo se raja, y si bien el problema fue que políticamente se ha usado para algo despectivo, permitió que la gente confrontara.

Hace pocos días hubo elecciones en SAGAI y se impuso la lista de Pablo Echarri con el 83% de los votos…

-Hicimos una excelente elección, lo cual nos afirma mucho en nuestras ideas. Claramente la gente estaba contenta con la producción que viene gestionando la comisión que lleva casi doce años.

La otra lista tiene ahora forzosamente que continuar sobre el camino que nosotros hemos hecho, no hay otra forma. Lo bueno es que en SAGAI, los que no cobran mucho tienen subsidios, cursos para hacer y la posibilidad de participar en un movimiento interno que los satisfaga, como hacer yoga, teatro leído por los barrios…

¿Cómo ves el área cultural en Buenos Aires?

-Es una maravilla y eso también habla del esfuerzo que hizo este país desde la inmigración a la fecha, porque si recorrés el camino desde los años 1880/90, donde llegaron masas de gente que después se acriollaron, se produjeron obras preciosas. Pero cuando hay crisis, la cultura es lo primero que se recorta y lo peor del asunto es que algunos subsidios que existían para algunos movimientos culturales se perdieron. Es parte del engranaje de lo que la gente eligió, pero estoy seguro de que eso se va a modificar y, tarde o temprano, volveremos a ser el faro de América.

¿Cómo viviste lo que sucedió con la movilización por la despenalización del aborto?

-Es notable porque habla de la adultez que está adquiriendo esta sociedad. Estamos abonando algunas ideas que tenemos acerca de que la mujer tiene razón en luchar por su espacio. Y esto fue un puñal clavado en el pecho para el machismo. Durante muchos años las mujeres discutían con los hombres y no eran escuchadas y, si bien todavía están en carrera, tiene más protagonismo.

La novia de Gardel

Pepe Novoa protagoniza “Con el alma aferrada” de Ariadna Asturzzi, junto a Martha Bianchi y bajo la dirección de Tatiana Santana. “Mi personaje es un hombre grande que vive obsesionado con la novia de Gardel. En su fantasía está la idea de formar pareja con esa mujer con la que soñó durante sesenta años, hecho que concreta en el escenario”, cuenta. La obra se puede ver viernes y sábados en el Teatro Andamio 90. “Ojalá venga gente porque cuando la cosa se pone dura, la ilusión se va achicando”, dice.

Por Alejandra Canosa – 3Días