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Olavarría: Repudiaron pintadas a los pañuelos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo

Desde la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires repudiaron los hechos vandálicos cometidos días atrás sobre los pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que se encuentran pintados sobre las baldosas de la Plaza Central de la ciudad de Olavarría.

Este proceder deleznable y negacionista, dista mucho del basamento democrático instaurado en la sociedad desde el retorno de la democracia y guarda estrecha relación con la ideología que dio sustento al terrorismo de Estado.

Nuestro país atravesó -y atraviesa- un arduo camino en busca de justicia por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por la última dictadura cívico militar.

En primer lugar, avanzando con el juzgamiento a las cúpulas militares en lo que se conoció como el “Juicio a las Juntas” y posteriormente con el juicio y castigo a todos los responsables de aquel horror, que fue posible gracias a la nulidad de las “leyes del perdón y de la impunidad”, a través de la sanción de la Ley N° 25.779 y de su promulgación, en septiembre de 2003, por el ex presidente Néstor Kirchner, que las declaró “insalvablemente nulas”. Este último precedente significó un verdadero cambio de paradigma en el juzgamiento a los responsables del terrorismo de Estado.

Lamentablemente, aún existen grupúsculos que se sienten envalentonados para agraviar y descalificar la lucha de los organismos de derechos humanos, basándose especialmente en la doctrina negacionista que no reconoce las violaciones a los derechos humanos que practicaron quienes detentaron el poder durante los años más oscuros de nuestra historia. Y lo hacen a plena luz del día y a la vista de todos y todas.

Así, vemos como estas personas banalizan el número de desaparecidos, o niegan que haya existido un plan sistemático de tortura, desaparición de personas y de robo de bebes.

Por este motivo, el ataque a la Memoria efectuado en Olavarría, debe interpretarse como un hecho de violencia ideológica, psicológica y simbólica ejercida no solo contra las víctimas del terrorismo de Estado y sus familiares, sino contra la comunidad en su conjunto.

Desde el más profundo convencimiento que este tipo de prácticas antidemocráticas -guiadas por el odio y la violencia- deben ser repudiadas de forma categórica con el objetivo de contrarrestarlas y desalentarlas, y guiados por el ejemplo de nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, continuaremos forjando sin descanso una Provincia con más memoria, con más verdad y con más justicia.