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Naftas y dólar: el sinuoso sendero de la evolución de sus precios

La divisa estadounidense, la principal variable que influye en el denominado “punto de equilibrio” del combustible, arrancó el año un 17% debajo de la Premium para llegar, en septiembre, a superarla en un 5%. Hoy está nuevamente un 15% por debajo.

Pese a la caída de la cotización del dólar, que retrocedió 12% en octubre, y el inicio de un proceso de declive del precio del petróleo crudo, las petroleras sorprendieron este viernes el décimocuarto aumento del año.

Aunque por el momento sólo Axion explicitó nuevos valores, se prevé que en las próximas horas también lo hagan YPF y Shell, que ya confirmaron que la suba oscilará entre el 5 y el 7 por ciento.

Así, el aumento promedio acumulado ya alcanza el 75%, casi el doble que la variación del índice general de precios al consumidor y más del triple de la suba media de los salarios de la economía.

Desde el sector, sin embargo, argumentan que los nuevos valores solo se recortarán una parte del atraso actual -que estiman es del 15%- respecto a un “valor de equilibrio” y de sustentabilidad de las inversiones.

Ese “valor” viene dado por dos componentes: el dólar y el valor del petróleo crudo en el mundo. Ambos en descenso en el último mes. Sin embargo, la nafta sigue aumentando.

En el gráfico que ilustra esta nota se puede advertir cómo la brecha entre los distintos tipos de combustible y el precio del dólar -una de las variables que influye en el punto de equilibrio- fue fluctuando a lo largo del año. Desde una brecha importante en los cuatro primeros meses de 2018, donde la nafta no dejó de subir, aunque el dólar se mantenía estable, hasta un punto -en septiembre- en el que la moneda estadounidense superó a la Premium, la nafta más cara, en medio de la corrida cambiaria. Tras esa “convergencia”, el dólar ha bajado en este último mes pero los combustibles han mantenido su tendencia alcista.

Así, por ejemplo, en febrero la Premium costaba $ 27,33 mientras el dólar minorista valía $ 19,93, es decir, 7,40 pesos menos o, expresado en términos porcentuales, un 17% menos.

En el arranque de septiembre, un nuevo aumento situó a la Premium $ 36,42, mientras el dólar escalaba a $ 38. La divisa norteamericana revertía la relación y costaba $ 1,58 más (4,4%).
Tres días después, para compensar el alza en los impuestos que gravan a los combustibles, YPF volvió a disponer un aumento en la Premium que pasó a $ 39,88 frente a un dólar a $ 39,69.

Con el último aumento, el 30 de septiembre, con el dólar a $ 41,88, la Premium pasó a valer $ 43,67. Desde allí la moneda estadounidense inició su descenso finalizando octubre en $ 36,98. La brecha entre ambos volvió a niveles parecidos a los de principios de año (15%). No obstante, el precio del combustible no retrocedió.

Subas sin fin

Pese a que los datos de despachos en octubre indican una contracción de entre 5% y 7% en la demanda de combustible, más acentuada incluso en los tipos especiales, las compañías insisten en que la “no actualización” de los precios “pondría en riesgo la sustentabilidad y los planes de inversión”.

Si se toma en cuenta el salto de la cotización del dólar desde inicios de 2018, del 95% considerando su valor en el arranque de este mes, por debajo de $ 37, se advierte que todavía persiste una brecha negativa de más del 15% del combustible respecto de la divisa norteamericana.

Por ello cabe esperar que más subas de aquí a fin de año, para desgracia de los consumidores y también del Gobierno que intenta bajar la tasa de inflación.

Fuente: Cronista