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Miguel Angel Broda: “No tenemos plata para pagar la deuda en 2020 y puede haber default”

El economista dijo, en conversación con Dolores Olveira, que aún en el caso de que el presidente Mauricio Macri  gane las elecciones en octubre hay peligro de default en 2020, porque “no tenemos la plata y tenemos que salir a colocar deuda, para lo que hace falta consolidar la economía y lograr una estabilidad intertemporal”. 

Para Broda, si gana el “populismo corrupto” no se seguirá con las políticas de ordenamiento económico bajo supervisión del FMI. De todos modos, aconsejó a Alberto Fernandez  que se rodee de economistas que “tengan credibilidad afuera”, porque de lo contrario, “no va a terminar su mandato. El populismo sin recursos es desestabilizante”, aseguró.

Sobre el tipo de cambio, dijo que el Banco Central tiene reservas para mantener la paz cambiaria incluso más allá de Las Paso, pero si gana por mucho la fórmula Fernández – Fernández habrá mucha demanda de dólares. En cualquier caso, comentó que ve “barato todavía” un dólar a $ 45 para que sea competitivo.

-¿Qué escenario ve para las PASO?

-La economía toco fondo. Probablemente se quede ahí. Algunas de las medidas que tomó el Gobierno pueden estimular un poco el consumo. La masa salarial real todavía sigue cayendo pero desaceleró fuertemente y con las nuevas paritarias puede que deje de caer o haya una leve suba, con lo cual puede haber algún pequeño estímulo para el consumo. Pero es un período duro, porque para nosotros la economía cae 1,2% o 1,3% este año, y si bien el segundo trimestre pega mucho la producción agrícola que ha sido extraordinaria, vemos un segundo semestre de estancamiento del nivel de actividad.

-¿Cómo gana las PASO  el Gobierno en ese escenario?

-La economía no va a ayudar al oficialismo y es muy probable que en las primarias el oficialismo pierda. Si la distancia es 5 o 6 puntos menos que los Fernández, puede ser que se revierta el resultado en las elecciones de octubre. Pero si fuera más, eso va a afectar las expectativas y vamos a tener más demanda de dólares y un poco más de inestabilidad.

-¿Los inversores no quieren a Alberto Fernández?

-A pesar de que el movimiento de Alberto Fernández parece más moderado que el kirchnerismo, el mundo hoy ve con preocupación la orientación de su equipo económico. Si Argentina no continúa lo que está haciendo, vienen tiempos muy difíciles por delante. Las PASO  van a ser la primera encuesta en serio, porque las que se publican son poco confiables, por cómo se hacen y por cómo cambia la gente.

-¿Al Gobierno le alcanzan los pesos y dólares para pagar las Letes?

-La refinanciación de Letes es un problema importante. No va a poder refinanciarse el 100%. Va a ir declinando. Le va a alcanzar tanto pesos o dólares la restricción presupuestaria del Gobierno, que está haciendo un esfuerzo mayúsculo. Yo nunca vi en un año electoral un esfuerzo tan grande para bajar el gasto público, después de haber perdido dos años que fue lo que perdió el inicio de la administración Macri. Si algunas de las medidas de estímulo son más costosas de lo que parecen en materia de gasto público, es probable que los dólares alcancen y los pesos no. Pero eso es en el cuarto trimestre, que es donde se concentra el déficit fiscal del año. Después de cumplir la meta de junio y de septiembre, y de recibir los desembolsos del FMI, la meta de diciembre va a ser más difícil de lograr. El Gobierno tiene que renegociar con el Fondo, pero la verdad que el desembolso de diciembre es pequeño. El Fondo Monetario Internacional le habrá dado $ 50.000 millones de los $ 57.000 millones del préstamo stand by. El Fondo ha tratado, primero, de evitar el caos, la nominalización de las variables y el default este año, y después, que el oficialismo llegue con chance a las elecciones.

-¿Y para el año que viene, qué puede pasar con la deuda?

-No tenemos la plata para pagarla. Tenemos que colocar deuda, preferentemente en el mercado doméstico. Para eso tendremos que hacer programas que intensifiquen la consolidación fiscal y el control de los agregados monetarios, para bajar el riesgo. En menores que antes, pero necesitamos colocar deuda para cumplir las obligaciones. Estas se van a poder cumplir si se restablece la credibilidad. Sea quien gane tiene que hacer un programa que el resto del mundo le crea que vamos a hacer un programa que va a permitir cumplir las obligaciones.

-¿El default  en 2020 es una posibilidad sólo si ganan los Fernández?

-Con Macri no es cero la posibilidad tampoco, porque no tenemos los fondos para pagar lo que debemos. Necesitamos tener acceso a colocar deuda.  Se nos acaba el pulmotor del Fondo. El año que viene no vamos a tener el influjo trimestral del dinero del FMI.

-¿Cuáles son sus expectativas sobre la inflación?

-Yo creo que la inflación va para abajo. Va a ser 3% o 3,1% en mayo, y 2,6% o 2,7% en junio. Todavía quedan algunos precios regulados en junio, pero puede ser 2,5% o 2,4% de julio en adelante. Cerraría el año en 40% de diciembre a diciembre, que no es diferente de la mediana del REM.

-¿Y sobre actividad?

-El principal problema del Gobierno es que la economía no va a repuntar y eso claramente hace que la economía no ayude al oficialismo. Y el equipo económico de los que hoy conversan con Alberto Fernández no ha generado ninguna credibilidad en el resto del mundo y eso es muy importante porque Argentina, si no continúa lo que está haciendo, tiene un horizonte muy complicado. Hemos tenido déficits muy grandes que financiamos con ahorro externo. Eso se cortó y tenemos que ajustar para vivir con los nuestro. Si en las primarias la fórmula de los Fernández saca una diferencia que sea indescontable para el oficialismo, vamos a tener un aumento del riesgo y mayor demanda de dólares, y puede hacer que la economía vuelva a caer.

-¿Cuál es el escenario 2020?

-Si ganara el oficialismo, creo que la economía va a rebotar, y el oficialismo va a tratar de hacer muchas de las cosas que no hizo en su primer gobierno y que Argentina necesita. Argentina necesita ser país normal, estable como el resto de Latinoamérica, y hacer reformas para la competitividad y la productividad, porque es el único país del mundo, excepto Irán y Siria que está en plena decadencia y no hay conciencia de que el ingreso per cápita es 10% menor que el de 2011. Venimos acelerando la caída. Me parece que si gana el oficialismo vamos a seguir la consolidación fiscal, y probablemente podamos volver al mercado internacional.

-¿De cuánto puede ser ese rebote de la economía?

-No espero que el próximo gobierno tenga mucha tasa de crecimiento pero sí que vayamos caminando hacia un país normal. Me parece una locura apuntar a ser como Perú o Colombia en 15 años. Hay que lograrlo en una manera mucho más drástica y mucho más rápida. Mientras haya alta y volátil inflación, y Argentina sea un acordeón de recesiones recurrentes y esto genera conflictos que impiden las reformas de la seguridad social, del sistema laboral, la apertura económica y un buen régimen de coparticipación federal, que son precondiciones mínimas para crecer como el resto de la región. Si de 1950 a hoy hubiéramos crecido como la región, que es la que menos crece en el mundo, el PBI per cápita sería el doble del que es. Vamos a crecer muy moderadamente, si continuamos el programa, pero si vamos al default tendremos otro año negativo.

-Si gana Macri las elecciones, ¿podrían a venir inversiones?

-No. Argentina tiene ventajas relativas en todas las actividades capital intensivo. Tiene Vaca Muerta, tiene minería, tiene litio, tiene el sector agrícola. Esos sectores necesitan que bajemos el costo de capital, y para eso es necesario consolidar fiscalmente y ser solvente intertemporalmente. Argentina tiene por delante preparar el camino para que vengan inversiones. Ni iban a venir inversiones cuando asumió Macri en 2015 ni van a llover inversiones ahora. Desde diciembre del 15 hasta que el mundo nos dijo basta y no nos financió más en abril de 2018, entraron u$s 116.000 millones, u$s 75.000 para financiar deuda pública, apenas u$s 5.000 de inversión extrajera directa y el resto de bicicleta financiera.

-¿Por qué fracasó Macri en materia de inversiones?

-Porque el cambio del rumbo y la falta de hacer reformas que había que hacer, especialmente con los déficits fiscal y externo grandes no se hicieron. El Gobierno de Macri llegó a la conclusión de que los déficits no eran importantes y que no había que explicitar la herencia para no dar malas noticias. Así nos fue. La decepción de Macri tiene poco ver con que no tenía mayoría en Diputados. Es consecuencia de haber elegido una estrategia cuyo paper se llamaba dont worry, be happy, no había grandes desequilibrios y solamente integrándonos al mundo hacia más mercado iban a llover inversiones. No pasó porque el diagnóstico era equivocado.

-¿Lo decepcionó el presidente Macri?

El presidente Macri ha sido una decepción en términos económicos por el camino de políticas macroeconómicas que eligió.

-¿Puede ganar las elecciones?

Puede ganar las elecciones en función de lo que dice Durán Barba: “el temor a Cristinas es mayor a la decepción por Macri”. O sea que vamos a elegir entre dos males. Mi impresión es que es mejor para Argentina que gane el oficialismo, aunque no sea seguro que va a ir a un programa de estabilidad macroeconómica y reformas estructurales que nos permitan crecer en el futuro. Sin duda la probabilidad con oficialismo de que se haga algo es mucho mayor que si ganan los Fernández.

-¿Cuál es el escenario si se impone la oposición?

Si gana la oposición, mi consejo a Alberto Fernández es que busque el mejor equipo económico para restaurar la credibilidad en la Argentina porque si no, no sé si termina su gobierno. El populismo sirve cuando hay recursos. Ahora hay que continuar el camino.

-¿Un próximo gobierno peronista puede prescindir del FMI?

A diferencia de todo lo que el mundo cree, el programa del Fondo es como el examen de ingreso para entrar al grupo de los países normales. Se lo ha interpretado como un programa emergencial y no es así. Argentina necesita poner en orden y ser igual que Perú, Colombia, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Chile.  Países que tienen 2% o 3% de inflación y de 3% a 5% de tasa de interés. No se encuentra en el mundo un país con tasas de interés de 70% e inflación de 55% anual. La secuencia de las reformas requiere la estabilidad macroeconómica como precondición para hacer la reforma fiscal que incluye sin duda reforma del sistema de seguridad social, porque Argentina necesita solvencia intertemporal. Si no nunca va a salir de esta decadencia que en el mundo sólo se encuentra en países en guerra.

-Los economistas del peronismo hablan de convertir el préstamo stand by del FMI en un préstamo de facilidades extendidas…

Por supuesto que eso tiene que pasar, pero implica comprometer metas de estabilidad económica. Y qué metas de consolidación fiscal puede comprometer el populismo corrupto.

-¿La paz cambiaria depende sólo de la política?

-Todos los argentinos queremos pasar las elecciones en dólares, así que el contexto eleccionario estimula la demanda de dólares. Pero excepto que sea inexorable el triunfo de los Fernández, el mercado cambiario, con las reservas que tiene el Banco Central puede mantenerse estable incluso después de las PASO. Pero si éstas, ex ante, impiden el triunfo del oficialismo en primera o segunda vuelta. Una diferencia de 5 o 6 puntos se puede revertir. Una diferencia mayor sería desestabilizante para Argentina.

-¿Desestabilizante?

-Claramente. Un populismo sin recursos es un ticket a acelerar la decadencia.

-¿El dólar ya es competitivo?

-Va a ser más competitivo. Este es un dólar barato para el que veo. Va a hacer más caro en términos reales. El dólar a $ 45 no es suficientemente alto para tener un dinamismo en las exportaciones.

-¿Por qué no sirvió el programa del FMI para bajar la inflación?

-La falla del programa del Fondo es un modelo que cree que en altas y crónicas inflaciones, con control monetario se pueden bajar. Hace 12 años que tenemos inflaciones de 25% por lo menos. Eso ha generado una serie de comportamientos inerciales. Se ajustan los salarios o los contratos en pesos por la tasa de inflación pasada, hay muchísimos contratos que se indexan y cuanto más corto el período de indexación más se acelera la inflación. Al mismo tiempo estábamos reconstruyendo las tarifas de los servicios públicos y no se había hecho todavía el pass through del 100% de devaluación que tuvimos el año pasado. Las variables monetarias afectan muy poco en un escenario así la dinámica inflacionaria de corto plazo. El control monetario es necesario para la estabilidad pero en el corto plazo predomina lo otro y eso sólo se puede resolver con políticas de ingresos que quiebren la indexación. En septiembre deberían haber hecho un plan Real, un plan Austral o como el que hizo Israel en 1985, que quebrara la inercia de la indexación. Con el modelo del Fondo, la tasa de la inflación va a bajar muy lentamente.

-Las tarifas dejaron de subir. ¿Se está generando una nueva burbuja?

-Hubo una extraordinaria inconsistencia entre el programa macro y el programa de  energía. El Gobierno recibió un atraso de tarifas inédito, pero lamentablemente sólo pensamos en tarifas  y no en recomponer marcos regulatorios que son cruciales. El Gobierno todavía subsidia una parte sustancial del costo de la energía eléctrica y del gas. Pero tampoco nos hemos demasiado de bajar el costo y de hacer marcos regulatorios más competitivos que bajen el costo de producción de electricidad y gas, por ejemplo. Estamos en una situación en que el Gobierno congeló las tarifas. Alguna ayuda puede ser. Pero tenemos todavía por delante muchísimo progreso en energía que no lo hemos hecho. Es cierto que del 90% de la energía subsidiado pasamos a un tercio. Pero nos queda ese tercio y sobre todo bajo qué condiciones algo que es capital intensivo tiene reglas de largo plazo y estratégicas. El problema de tarifas del próximo gobierno no va a ser el que heredó Macri, pero queda mucho por hacer en materia de energía todavía.

-¿El contexto externo ayuda a Argentina?

-No. El mundo se está desacelerando. El conflicto entre Estados Unidos y China es el principio de una guerra fría por el liderazgo del mundo. China está con políticas macro muy estimulantes pero le va a costar mantener el 6,2% o 6,3% de crecimiento. Y Brasil no crece. Tiene un excelente equipo económico y un excelente staff en el Banco Central, pero tiene un presidente dedicado a pelearse con la gente y no a dedicarse a formar coaliciones en el Congreso para pasar las reformas previsional y tributaria que son cruciales para nosotros. Porque si Brasil  lo puede hacer, nosotros también lo podríamos hacer en Argentina. La buena noticia es que la tasa de interés va a volver a bajar porque hay más posibilidad de recesión en EE.UU, pero nosotros no tenemos acceso a los mercados.