Baires Para Todos

Hiperactivo

Tiene más reuniones que las que difunde, pide informes y no cede poder en el PRO. Su regreso a la realpolitik de Juntos por el Cambio tras la derrota, sin Peña y con menos emojis.

La frase desafortunada sobre la peligrosidad del populismo en comparación con el coronavirus no le quitó el sueño. Es lo que piensa y no lo oculta, aunque en esa oración haya sumado una dosis de histrionismo lindante con la frivolidad. Todos aquellos que hablaron, se reunieron o intercambiaron mensajes con Mauricio Macri en las últimas horas comparten el mismo diagnóstico: el expresidente está al corriente de la agenda política y habla sin filtro con sus interlocutores, sean quienes sean y sobre el tema que sea.

Tras sus vacaciones en el sur, en febrero se instaló en sus nuevas oficinas de Vicente López y encabezó un raid de reuniones: exministros, exsecretarios de Estado, senadores y diputados nacionales se acercaron a su despacho de la Avenida Libertador. Asiste todos los días desde su casa de la localidad de Martínez, lindante con el partido bonaerense de Vicente López, que conduce su primo Jorge, de los más entusiastas con el “regreso” de Mauricio.

Junto al expresidente está Miguel Ángel Pichetto, que acaba de estrenar despacho propio en el mismo piso que Macri. Además, en esas oficinas también tienen escritorios propios el exsecretario general de la Presidencia Fernando De Andreis, el exsecretario privado DaríoDaroNieto, la “sombra” del expresidente durante su paso por la Casa Rosada, y su histórica secretaria, Ana “Anita” Moschini.

Sin Marcos Peña a su lado –el exjefe de Gabinete acaba de regresar de unas largas vacaciones-, De Andreis colabora con el armado de la agenda, pero el propio Macri organiza reuniones de las que sus colaboradores se enteran más tarde. El expresidente evita difundirlas, salvo excepciones: cuando lo visitó el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, se rompió la tradición porque el jefe comunal pidió comunicar el encuentro. Antes, habían pasado su primo Jorge y el alcalde de Lanús, Néstor Grindetti, pero no se difundieron fotos.

Lo mismo con Patricia Bullrich, flamante presidenta del PRO e informante de lujo de la vida partidaria, donde también conviven referentes de María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. La mayoría de las reuniones las pide él. A muchos diputados nacionales y exfuncionarios les sorprendió la locuacidad del expresidente: dedica más tiempo que años anteriores a reuniones –mundanas o no- y se explaya más en conversaciones por WhatsApp. Algunos celebran que haya dejado de contestar únicamente con emojis.

Los interlocutores del expresidente celebran que, en sus charlas por WhatsApp, haya dejado de contestar únicamente con emojis.

En su regreso al llano, Macri intenta reconstruir lazos y contener a los propios, aunque no da señales concretas de qué hará en el futuro cercano. “Hay tiempo”, advierten sus colaboradores. Mientras Vidal y Larreta insisten con ampliar el espacio, Macri continúa aferrado a Pichetto y Bullrich.

Sus detractores ven una intención, solapada por la intención de no hacer públicos los movimientos, de tomar la centralidad. Dio el gesto más claro en la primera reunión del PRO de 2020: aunque pidió la unidad y escuchó a toda la mesa, el cónclave fue en su despacho y él lideró el encuentro, para sorpresa de Vidal y Rodríguez Larreta.

Minutos antes, Macri tuvo un mano a mano con Ritondo, quien lo actualizó sobre la agenda parlamentaria. Es un ejercicio que repiten cada quince días, tal cual acordaron cuando, aún presidente, lo eligió para conducir el bloque PRO en Diputados ante el nuevo gobierno peronista. También, sigue en contacto con el jefe del bloque de la UCR en la Cámara baja, Mario Negri.

Macri sigue también la agenda del radicalismo de la mano del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. En la cumbre PRO pidió que el partido amarillo respalde al mandatario ante la “avanzada” del gobierno de Alberto Fernández.

Además, como reveló el periodista Ignacio Zuleta en el diario Clarín, Macri estará este martes en la reunión de la Mesa de Juntos por el Cambio. Será su primera aparición en ese ámbito desde la salida del Gobierno. La UCR marcó la cancha y propuso reunirse el Comité Nacional, ubicado sobre la calle Alsina de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el mitín aún no tiene locación confirmada.

Por Gonzalo Palese – Letra P