Baires Para Todos

Explique Chubut

La extensa crisis que atraviesa la provincia nos demanda un esfuerzo de análisis sobre sus causas. ¿Cómo explicar Chubut?.

Hagamos un ejercicio. Si nos tomaran una prueba cuya única consigna fuera “Explique Chubut” (por 10 puntos) ¿qué diríamos?

En primer lugar, tendríamos que precisar cuál es el problema que contiene esa consigna, es decir, qué es lo que se nos pide explicar. En Ciencia Política, y en la investigación social en general, los problemas son construcciones en torno a preguntas guiadas por la evidencia empírica, por lo que efectivamente ocurre. Esas preguntas suelen iniciar con un por qué o un cómo: ¿por qué quiebran las democracias? ¿cómo y por qué se transforman los sistemas de partidos? ¿cómo funcionan las identidades políticas?

Intentar explicar Chubut es indagar por qué una provincia dotada de recursos naturales y baja densidad poblacional [1] enfrenta una crisis estructural que afecta su funcionamiento básico desde hace años.

Pensar Chubut también es reflexionar sobre una historia diferente a la que se cuenta desde el pensamiento porteño céntrico y dialogar sobre un lugar desconocido para muchos argentinos y argentinas. Y por desconocido no me refiero a la ausencia de pericia geográfica sino a un saber desprovisto de elementos empíricos y basado en una representación sobre lo que una provincia patagónica es, aunque todas sean diferentes.

En particular, Chubut es un ex territorio nacional por lo que su incorporación a lo que llamamos Argentina tuvo como marca una ciudadanía política restringida en el ejercicio de derechos. La elección de 1951 es la primera en la que los habitantes del Chubut pudieron elegir presidente y delegados parlamentarios (estos últimos con voz, pero sin voto) (Ruffini y Blacha, 2013; Olivares, 2018).

Además, Chubut fue objeto de la institucionalización de la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia entre 1944 y 1955 la cual se extendía desde el norte de Camarones en Chubut hasta el Río Deseado en Santa Cruz. La provincialización del Chubut se produjo en 1955 y la sanción de su Constitución en 1957.

Asimismo, Chubut es una provincia extensa, heterogénea, con una fuerte dependencia externa derivada de su economía extractiva petrolera. Si bien la explotación del recurso corresponde a la zona sur de la provincia, su impacto económico en términos de reparto de regalías está presente a nivel provincial. En Chubut conviven el turismo, la pesca, el cultivo de fruta fina, la actividad, comercial, de servicios, administrativa, industrial y extractiva en un delicado equilibrio que con frecuencia se altera. Sin ir más lejos, esta semana el gobernador Arcioni impulsó abiertamente la zonificación minera en la provincia, con el riego que implica esta iniciativa en términos de consagrar zonas de sacrificio en nombre de un enunciado desarrollo.

No pretendo producir una explicación completa sobre este problema en la extensión de una columna, pero sí abrir la pregunta para que podamos vencer la inercia de la supervivencia diaria y detenernos un momento a pensar el presente para imaginar el futuro.

Para pensar nuestro problema podemos tomar algunas ideas de diversas agendas de investigación en Ciencia Política, las cuales sintetizo -brutalmente- a continuación.

La geografía es una variable. El trabajo de tesis doctoral de nuestro colega Matías Bianchi (2013), así como otros trabajos posteriores (2015), señala la relevancia de la geografía para comprender la dinámica política subnacional. En el caso del Chubut, la dispersión geográfica de los recursos económicos y políticos favorecería el pluralismo del sistema político subnacional. Al respecto, podríamos actualizar las preguntas y pensar cuán competitivo es nuestro sistema de partidos hoy, qué tan concentrada es la propiedad de los medios de comunicación, y si algo de ese modelo descentralizado de poder cambió, en relación con la magnitud de la crisis política de un gobierno que se ratificó en las preferencias electorales el año pasado.

El problema del patronazgo en economías rentistas. La utilización política del empleo público en economías rentistas ha sido estudiada por Lucas González y Germán Lodola (2019) quienes discuten la llamada “maldición de los recursos”, es decir, la tesis según la cual altas rentas basadas en la explotación de recursos naturales producen resultados sociales, económicos y políticos negativos. En sus investigaciones, los autores observan que existen resultados diversos para esa relación y señalan que el patronazgo aumenta cuando las rentas disminuyen, en contextos de destrucción de empleo privado y en presencia de fragmentación partidaria. Así, el patronazgo se convierte en estrategia de contención del descontento.

En Chubut, no sólo se deben sueldos a empleados públicos, sino que todos los meses volvemos a discutir cómo pagar la “masa salarial” en una provincia rica pero endeudada, dotada de recursos pero sometida al extremo de la disfuncionalidad con estudiantes que hace años no tienen clase regularmente, rutas que no se reparan, y una Legislatura que cada tanto deja de funcionar por legítimos reclamos sindicales, por ejemplo.[2]

Las instituciones importan. Esa expresión de Acuña y Chudnovsky (2013) recupera una discusión de larga data respecto al peso de las instituciones sobre el desarrollo. Desde los trabajos de Evans (1996) sobre el Estado como problema y como solución, hasta la discusión contemporánea sobre las capacidades estatales, la cual ha sido reactualizada por la pandemia de Covid19, la inquietud que atraviesa estos estudios deviene de la evidencia empírica sobre la desigual capacidad de los Estados – nacionales y subnacionales- a la hora de producir valor público – entendido como bienes y servicios- así como en su aptitud para la regulación de la vida pública, en su poder infraestructural (Mann, 2008). Al respecto, sería oportuno revisar las capacidades estatales de la provincia en relación con las prestaciones más elementales que se esperan de un Estado.

El problema del liderazgo. La crisis de liderazgo político abierta con la muerte del Gobernador Das Neves en octubre de 2017 no ha sido resuelta, ni por su sucesor, ni por la oposición que hasta el momento no ha logrado ofrecer una alternativa vencedora. Recordemos que en 2019 el Gobernador Arcioni no sólo reeligió sino que Chubut al Frente obtuvo la mayoría en la Legislatura. No obstante, obtener la reelección no detuvo la crisis de legitimidad de su gobierno.

Lo dicho hasta aquí requiere ser pensado como una causalidad compleja, en la que existe relación con el resultado, pero también impactos recíprocos entre los factores mencionados. Por supuesto, se trata de una aproximación que no es exhaustiva pero que puede constituir un aporte al debate público. Porque es momento de explicar y explicarnos Chubut, para poder imaginar(nos) algún futuro.

Por Analía Orr – Mil Patagonias

[1] 2,3 hab./km2 según Censo 2010 sobre una superficie de 224.686 km2 (la tercera provincia más grande del país luego de Buenos Aires y Santa Cruz). Según la proyección del INDEC la densidad poblacional actual sería de 2,6 hab./km2.

[2] Sobre cuántos empleados públicos tiene la provincia también hay discusión.

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