Baires Para Todos

El reencuentro de Scioli y Perotti

Reflotan el vínculo de la campaña 2015 en formato recorridas. Perfiles similares en el incierto tablero del FdT. Abrazos para hoy, respaldo para mañana. 

El embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, y el gobernador santafesino, Omar Perotti, tienen mucho en común y se devuelven señales que los conectan para el futuro político. No hace falta demasiado para ver similitudes ideológicas, programáticas y hasta una estrecha relación que no es poca cosa en la política actual, vedada de gestos amistosos. Después de forjar el vínculo durante la campaña de 2015 donde Scioli buscaba retener el poder ya desgastado del kirchnerismo y Perotti ganar la provincia y luego la senaduría, la agenda productiva los excusa para volver a cruzarse en Rosario y armar una recorrida con química.

Entre abril y noviembre de aquel año se vieron decenas de veces. Recorrieron localidades, empresas y gremios y aquellos encuentros tuvieron algo más que la foto y la cosecha de votos, según explican en el entorno de Scioli. “Desde entonces, tienen excelente relación; hicieron esa campaña con la agenda del desarrollo y quedó hasta ahora la visión productivista común”, sostuvieron a Letra P para explicar los lazos.

Karina Rabolini, esposa por entonces del gobernador bonaerense y de fuerte integración a la campaña, le tiraba flores al santafesino y le levantaba el perfil. “Daniel y Omar son muy parecidos”, decía. El proyecto común se sostenía más allá de las candidaturas y hasta algunas versiones ubicaban al santafesino como futuro ministro de Agricultura si el por entonces candidato del justicialismo triunfaba en las presidenciales contra Mauricio Macri. Después, cada uno por su lado, cinco años en el medio y un reencuentro que despierta la atención.

El reencuentro

El buen vínculo vuelve a explotarse a partir de que Perotti asumió la gobernación y Scioli la embajada en Brasil, uno de los países que ocupa los primeros lugares en el destino de las exportaciones de la provincia con automóviles, motores, lácteos y trigo. En septiembre tuvieron una videoconferencia con sectores productivos y quedaron en encontrarse. Este viernes se concretó como el tópico de la vieja campaña: recorrida y fierros. Visitaron las empresas Vipal cauchos, la carrocera MetalsurRandon y la biotecnológica Bioceres, todas de fuertes vínculos con Brasil.

Con la llegada de Alberto Fernández al poder, Scioli recaló en la embajada de aquel país con la dura tarea de mantener a flote el vínculo con semejante socio comercial y mercado estratégico. El ex gobernador bonaerense no sólo no desentonó sino que pulió lo que mejor hace con la biblia del respeto en mano: relaciones, acercamientos, cooperación. “Se solucionaron más 40 controversias con Brasil en el ámbito comercial durante esta gestión de gobierno”, chapeó Scioli después de la recorrida en Rosario.

Incluso se mostró muy activo en lo comercial como en el plano político del vecino país, con la ductilidad necesaria para tener buen vínculo con el complejo oficialismo de Jair Bolsonaro que mostró los dientes a la Argentina, pero también con el líder del Partido de los Trabajadores (PT), Lula Da Silva. En los últimos meses le reconocen estar en ascenso y hasta lo tiran a la cancha de la Ciudad de Buenos Aires para las legislativas, todo un cartel después del golpazo del ballotage y de recalar en 2017 en la Cámara de Diputados en un postergado quinto lugar de la lista de Unidad Ciudadana. Mientras tanto, Scioli, va.

Por su parte, Perotti hace su apuesta personal desde una gobernación que no tiene reelección permitida. Por eso es que gana con este tipo de aproximaciones con dirigentes como Scioli que no dudan en prestarle respaldo y con quien podría conectar electoralmente eventualmente. Hoy, el santafesino se referencia en el presidente Fernández y mantiene una simbiosis pampeana con el gobernador cordobés Juan Schiaretti; no mucho más, incluso dentro de la política santafesina.

Similitudes

Se trata de dos dirigentes colocados por convicción en el centro del tablero político, no acostumbrados a jugarse el pellejo con causas de fuerte exposición pública, y que apelan a los lemas sencillos para llegarle al electorado. Por su puesto que se ajustaron a las variantes del peronismo, pero son justicialistas sin plumaje.

Tanto el bonaerense cuando gobernó su provincia como ahora Perotti en la Casa Gris, buscan identificarse con la capacidad de gestión y forjar buen vínculo con los sectores productivos, más que lanzarse a conducir el espacio político y a sus actores. Por eso se construyen a partir de su nombre más que desde su lugar. También hay algunos lazos subterráneos en la comunicación y asesoría que los conectan con el consultor Guillermo Seita que trabajó con ambos. A su vez se repite el nombre de Marcos Caisutti adueñado de la comunicación del santafesino y con pasado en el equipo de campaña del excandidato a presidente.

Por Facundo Borrego – Letra P