“Supuestamente se trataba de una comida de negocios. Pero es extraño cuando alguien pone su mano sobre tu rodilla en un encuentro así. Siempre te tocaba de alguna manera y te intentaba besar”, expuso una de las víctimas.
Siete de las denunciantes aseguraron, en diálogo con Associated Press, que haber rechazado las propuestas, insinuaciones y acosos de Plácido Domingo repercutió en forma negativa en el desarrollo de sus carreras profesionales.
Patricia Wulf, una mezzo soprano que cantaba con Plácido Domingo en la Ópera de Wshington, fue la única que se animó a dar su nombre y a hacer pública la situación de acoso que vivió. En otros casos, revelaron que hasta llegó a dejarles plata luego de tener sexo.
Por su parte, Plácido Domingo se refirió al respecto: “Las acusaciones de estos individuos no identificados que datan de hasta treinta años atrás son profundamente inquietantes y, tal como se presentan, inexactas. Sin embargo, es doloroso escuchar que puede haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodos, sin importar cuánto tiempo atrás y a pesar mis mejores intenciones”.
A eso, añadió: “Creía que todas mis interacciones y relaciones siempre eran bienvenidas y consensuadas. Las personas que me conocen o que han trabajado conmigo saben que no soy alguien que intencionalmente dañaría, ofendería o avergonzaría a nadie”.
Y concluyó: “Reconocemos que las reglas y estándares por los cuales somos, y debemos ser, medidos hoy son muy diferentes de lo que eran en el pasado. Tengo la suerte y el privilegio de haber tenido una carrera de más de 50 años en la ópera y me mantendré en los más altos estándares”.