Baires Para Todos

Carrió, la República perdida y el enigma Vidal

La decisión de la jefa de la CC de ser candidata en 2021 agiganta las dudas sobre la exgobernadora. Aval de Larreta y macrismo duro en shock. Mueve Monzó.

Cuando se instaló definitivamente en Exaltación de la Cruz, Elisa Carrió empezó a configurar su desembarco político en la provincia de Buenos Aires. La mudanza doble fue en 2018, con un año de mandato como diputada nacional por la Ciudad y luego de dejar el departamento de Avenida Santa Fe, en Recoleta, que alquiló durante años. Ese hito puede ser tomado como un punto de inflexión en su carrera: cobró un juicio de hace más de dos décadas, originado en su Chaco natal, y terminó su chacra en territorio bonaerense para cambiar su domicilio definitivamente. Así como cerró esa larga historia judicial, también concluyó su actividad política en el distrito porteño. Dos años después, ante los micrófonos de TN, anunció que quiere ir por la provincia de Buenos Aires y sacude la inestable paz de Juntos por el Cambio (JxC).

La novedad, comunicada en una entrevista exclusiva con el periodista Joaquín Morales Sola, no puede sorprender a María Eugenia Vidal Horacio Rodríguez Larreta. Ambos sabían de antemano esta idea, estudiada desde fines de 2019, y terminaron de conocerla en detalle en la reunión que ambos tuvieron con Carrió en su chacra bonaerense. Por ese entonces, el convite tuvo doble mensaje político: unir fuerzas para batallar con los halcones para que JxC apoye la postulación de Daniel Rafecas como jefe de los fiscales y mostrarse como un ala que empuja Rodríguez Larreta. Previamente, la jefa de la Coalición Cívica atizó la interna y deslizó que “Macri ya fue”. La sentencia profundizó la grieta con el expresidente.

La mudanza abre otro foco de conflicto con el fundador del PRO, que hace meses empezó a pisar territorio bonaerense. Aunque aseguró públicamente que no quiere ser candidato en 2021, el exjefe de Estado acumula reuniones con referentes, diputados y diputadas de JxC de la provincia de Buenos Aires. En el marco de esa gravitación sobre el botín mayor del mapa electoral, Carrió rompe el silencio y se anota para competir por ese distrito tras años de vida política en la Capital Federal.

Al mismo tiempo, ambos asoman como los líderes que empujan a la generación venidera, con Larreta, Vidal y Martín Lousteau como exponentes. Los fundadores de Cambiemos también se cruzan por ver quién ocupa el lugar central en esa marquesina de la coalición opositora. La exgobernadora congeló su definición hasta el año próximo: pese a los pedidos de los intendentes y la cúpula bonaerense del PRO, Vidal todavía no definirá si jugará en Buenos Aires o en la Ciudad.

 

El enigma Vidal es el que quieren despejar los intendentes, con Jorge Macri a la cabeza, Cristian Ritondo Diego Santilli, ávidos de una definición que no llegará en el corto plazo. La jugada de Carrió da respiro porque parte del PRO comparte que la pelea contra el gobierno de los Fernández es en la provincia de Buenos Aires, pero se cuentan con los dedos de una mano quienes asumen el desafío de hacer campaña y someterse al escrutinio. Bajo esa lógica, Carrió se arremanga y va al choque desde su ¿frustrado? retiro político, sin cargo ni banca que renovar, pero con una gravitación inocultable en la agenda y las alianzas de la oposición. En paralelo, Emilio Monzó asegura que en 2021 competirá con lista propia dentro de JxC en la provincia de Buenos Aires.

Agosto

El otro interrogante es el futuro de las PASO, que parte del Frente de Todos (FdT) quiere pulverizar. Todo el conglomerado opositor tiene la necesidad política de mantenerlas para evitar dispersiones y garantizar un libre juego que satisfaga a macristas, larretistas, díscolos PRO, radicales y lilitos.

El regreso de Carrió estaba en agenda, pero se aceleró, dicen las malas lenguas, por las declaraciones de Monzó del fin de semana. El expresidente de la Cámara de Diputados confirmó que quiere competir en Buenos Aires y apunta a gobernarla. La agenda de Carrió no se mueve por Monzó, pero el mensaje fue claro. Lo sabe Rodríguez Larreta, que hace malabares para contener a ambos. Hace unos meses, Monzó llamó a Parque Patricios para preguntar por la oposición de la Coalición Cívica a la ampliación presupuestaria que reclamó la Casa Rosada y pedían a gritos los gobernadores radicales de JxC. El jefe de Gobierno porteño anotó el reclamo. Si lo comentó ante Carrió es todo un misterio, pero la relación entre la chaqueña, Larreta y Vidal es óptima.

Hay un sector del larretismo que todavía evalúa convencer a Carrió de insistir en el pago chico PRO, pero Lillita ya definió y esa definición irrita a Macri, que entiende que su socia lo quiere correr de la provincia y que aún no digiere el desaire. Hubo una charla telefónica para distender. Ocurrió hace 15 días, pero todo sigue igual: Lilita se acerca cada vez más a Rodríguez Larreta y el expresidente afirma que peleará por Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto para la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, respectivamente. Como contó Letra P, la negociación por las listas opositoras de 2021 es la batalla de los “colosos” y el futuro de las PASO es un elemento esencial para garantizar la unidad.

Durante estos meses de retiro y descanso en Exaltación de la Cruz, Carrió funcionó como un oráculo para buena parte de la oposición. Macristas, larretistas, vidalistas y radicales peregrinaron hacia su chacra en busca de consejos o para cerrar negociaciones que se tradujeron en acuerdos en el Congreso.

Este sábado, Lilita cumple 64 años y, en un festejo íntimo -aún no confirmado-, podría haber invitados e invitadas VIP del mundo político. Por fuera de ese mensaje, ya tiene un deseo para 2021: tener candidatos y candidatas de su riñón en las ocho secciones electorales de la provincia de Buenos Aires.

Por Gonzalo Palese- Letra P