Baires Para Todos

Arcioni, el gobernador que preocupa cada vez más al Gobierno

En la Casa Rosada temen por la estabilidad del gobierno de Chubut. Los números en rojo del mandatario apadrinado por Massa.

Chubut es una de las provincias más complicadas por el demoledor efecto de la pandemia. Poseedor de una crisis institucional de larga data, el gobernador Mariano Arcioni logró un poco de aire con la emisión de 5.000 millones de pesos de deuda facilitado por el Gobierno nacional. Pero este aliado al Frente de Todos sabe que los caminos se cierran. Al menos es lo que escuchó en el último viaje a la Ciudad de Buenos Aires. Si bien depositó el último fin de semana el salario de julio y prometa salir del pago escalonado, debe agosto (lo pagaría en estos días), septiembre y el medio aguinaldo. Y el déficit mensual, sin contar la deuda en dólares, es de 2.700 millones de pesos. Por eso, en la Casa Rosada no habría más concesiones: no queda otra que “eficientizar el gasto”.

El día de su triunfo, en Comodoro Rivadavia, Arcioni fue el celestino entre Alberto Fernández y Sergio Massa, que había volado a Chubut para festejar con su amigo. Un acuerdo con intendentes de las ciudades más importantes postergó la extensa crisis político económica que se incrementó con la muerte de Mario Das Neves. El deceso del caudillo lo obligó a gobernar en un contexto más que desfavorable. Pero con sus decisiones, Arcioni multiplicó los problemas financieros.

Salvo el período electoral, no pudo salir del pago desdoblado de salarios. Entre promesas constantes, clamó por un auxilio que se transformó en algo menos de 5.000 millones de pesos en tres cuotas, que pasó por la legislatura y benefició a los municipios. Por estas horas, busca la autorización para la emisión de 50 millones de dólares a través de la línea dólar linked, todo bajo el control del ministro Eduardo de Pedro.

La provincia, atada al sistema de regalías petroleras y la coparticipación federal de impuestos, no sale de la espiral de crisis permanente, que es política. Su principal aliado, el vicegobernador, Ricardo Sastre, se mostró crítico con la dirección del gobierno de Chubut Al Frente, que sumó en su tiempo a jefes locales de peso, como Adrián Maderna, de Trelew. La última semana, sorprendió al decir que “está preparado” para gobernar. La declaración anticipó un vendaval político y condicionó aún más la relación con el gobernador. “Estoy preparado, lo digo porque acepté la responsabilidad al momento de compartir la fórmula”. Las palabras se expandieron como reguero de pólvora en una provincia con constante riesgo de explosión social, donde volvieron las manifestaciones y las ollas populares.

Los trabajadores estatales, legislativos y docentes apenas cobraron julio (abonado el último sábado), pero les deben agosto y septiembre. También el medio aguinaldo. Para el desembolso de salarios, que es desdoblado, debió confeccionarse el sistema de cuatro rangos a la administración pública: el primero, de hasta 40.000 pesos; el segundo, de 40.000 a 65.000 pesos; de 65.000 a 150.000, el tercero, y un cuarto, de 150.000 pesos en adelante.

La última semana se viralizó el recuerdo de años anteriores en que Arcioni prometía salir del pago escalonado: lo dijo en 2018, lo repitió en 2019 y lo volvió a plantear este año.

NÚMEROS. El drama de Chubut con su deuda, como otras provincias petroleras, es que utilizó a sus regalías de garantía y crearon una estructura (fideicomiso) que todos los meses recibe el dinero –antes que la provincia– y es el filtro que, luego, envía el remanente. Las variables necesarias para que este modelo funcione y saque a la provincia del pago escalonado, ratificaron fuentes del equipo provincial, es la mejora en las regalías, coparticipación e ingresos productivos. “Hay que seguir trabajando para elevar los ingresos propios”, remarcaron desde la Casa de Gobierno. Pero el problema es que la masa salarial de Chubut alcanza los 5.300 millones de pesos. Y el déficit que tuvo, al menos el mes pasado, fue de 2.700 millones de pesos.

Este año, reconocen en el equipo de Arcioni, Chubut perdió más de 15.000 millones de pesos por la pandemia; por el precio del crudo, la caída de la coparticipación y por los bonos emitidos.

POLÍTICA. “Hoy, Chubut está como está producto de una mala gestión. Esto no tiene que ver con (Mario) Das Neves”, dijo Sebastián López, legislador de Cambiemos. Lo que recordó el diputado es cómo en plena campaña, con el acuerdo electoral a cuestas, prometió aumentos de hasta el 50% con los sindicatos. La mala situación económica, incrementada por la pandemia, erosionó las exiguas arcas provinciales. “Una provincia rica por el petróleo y el gas, con altos índices de exportación de langostinos, que, a través de la empresa Aluar, aporta el 2% de aluminio del mundo, con un turismo activo en invierno y verano, es imposible que continúe de esta forma”, dijo López.

Lo que resuena entre opositores es el constante sistema de deuda. Hace dos meses, se aprobaron 5.000 millones de pesos para pagar sueldos. Dos meses después, nuevamente envían un pliego similar para abonar salarios. Hay vencimiento de letras y bonos todos los meses. En octubre, vence un bono de 39,5 millones de dólares, casi una masa salarial.

“Ingresaron al festival del endeudamiento en letras, después se fueron a pedir endeudamiento por otros cinco mil millones, en julio y julio. Si bien el interés es nulo, está enganchado a la inflación”, advierte Carlos Linares.

Linares, muy cercano a Cristina Fernández de Kirchner, recuerda el endeudamiento en dólares de la provincia y cómo la presión financiera hizo estallar el acuerdo político del gobernador. “Siempre dije que Chubut al Frente era una UTE. El gobernador ratificó lo que una persona ajena a la política siempre hace. Tomó la lapicera y dijo: ‘Ahora mando yo’. Dejó afuera a todos los socios políticos del gabinete”, sostiene el exintendente de Comodoro Rivadavia y último candidato a gobernador del PJ. “Esto, si fuera una empresa, estaría recontra quebrada”, insiste Linares.

Por este combo, la Casa Rosada volvió a pedirle a Arcioni que, de alguna forma, equilibre sus cuentas. “Eficientizar el gasto”, fue lo que escucharon el gobernador y su equipo económico cuando en su último viaje pidieron un salvavidas.

Por Ariel Boffelli- Letra P