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Indonesia vota la opción de la continuidad

Unos 205 millones de votantes de la tercera democracia más grande del mundo acudirán este miércoles a la urnas con la opción de confirmar la continuidad de la gestión del actual gobierno del presidente Joko “Jakowi” Widodo, pero con la candidatura del ministro de Defensa, Prabowo Subianto, para sucederlo. 

Indonesia, un archipiélago sudasiático de 275 millones de habitantes y tercera mayor democracia del planeta, elegirá este 14 de febrero al sucesor del presidente Joko “Jakowi” Widodo (62), a 580 diputados nacionales y a 20 mil representantes locales y regionales, en unos comicios marcados por la opción de la continuidad.

El actual ministro de Defensa, Prabowo Subianto, un cuestionado ex general de 72 años, aparece como favorito en los sondeos, tras una alianza política sostenida por el jefe del Estado saliente con la incorporación de su propio hijo, Gibran Rakabuming Raka (37), alcalde de Yurakarta, en la fórmula presidencial oficialista.

Si ningún candidato supera el 50% de los votos, el presidente resultará electo en un balotaje con los dos más votados en primera vuelta. Unos 205 millones de indonesios podrán votar en 800 mil colegios electorales repartidos en todas las islas del gran archipiélago asiático. 

Tras los regímenes autoritarios de Sukarno y Suharto (1945-1998), sucesivos gobiernos han logrado organizar elecciones libres y pacíficas. En 2004, Indonesia reformó su sistema político, con elecciones presidenciales por voto directo.

Más de la mitad de los votantes habilitados tienen entre 17 y 40 años, y cerca de un tercio son menores de 30. Así, la demografía juvenil es clave para el resultado, en un país que se ha propuesto -con Widodo- la homérica tarea de mudar una capital que literalmente se hunde, Yakarta, a una totalmente nueva, en Borneo.

Indonesia es clave en el escenario regional del Indopacífico, donde Estados Unidos y China concentran su atención y rivalizan en influencia hace más de una década, y encuentran a un país que apuesta por una neutralidad estratégica.

Indonesia hoy

Indonesia se convirtió en la mayor economía del sudeste asiático, hasta superar en 2017 la simbólica cifra del billón de dólares de PIB. Es el cuarto país más poblado del mundo y también con más musulmanes (225 millones), o 1 de cada 8 creyentes del islam a nivel global.

A pesar de ello, sostiene un Estado secular desde su independencia de los holandeses (1950). Tiene un lugar estratégico en las rutas que conectan el Índico con el Pacífico, por las que pasa más de un tercio del comercio marítimo mundial.

Subianto llega a las puertas de la presidencia tras perder dos veces -2014 y 2019- con el mismo Widodo, quien ya no puede volver a presentarse pero mantendría influencia a través de su hijo Gibran. El mandatario dio al país un crecimiento post pandemia de 5% anual que lo pone en carrera para llegar a ser la sexta mayor economía mundial en los próximos años.

En Indonesia, el 9,5% de la población vivía por debajo del umbral nacional de pobreza en 2022 y el 2,3% con un ingreso menor a 1,90 dólares diarios (medidos por paridad de poder adquisitivo), según el Banco de Desarrollo de Asia (ADB).

“Lucharemos para traer la prosperidad a todos los indonesios”, prometió Subianto, a quien varias ongs acusan de ordenar el secuestro de activistas pro democracia durante la última etapa del régimen del dictador Suharto, a finales de los años 90, cuando estuvo casado con una de las hijas del gobernante.

Los otros dos candidatos, el exgobernador de Yakarta, Anies Baswedan, y el exgobernador de Java Central, Ganjar Pranowo, aparecen muy detrás en las encuestas, con 24% y 19% de intención de voto, respectivamente.

“Es tan simple como eso, continuar con las políticas de Jokowi o no”, afirmó Yoes Kenawas, investigador de la Universidad Católica Atma Jaya de Yakarta.

Subianto, planes y denuncias

Subianto promete, en efecto, continuar el programa de desarrollo y construcción de infraestructuras de Widodo y sus políticas de nacionalización de los recursos naturales, que buscan convertir el mayor productor mundial de níquel en un actor clave en la cadena de suministro de vehículos eléctricos.

Por otra parte, se propone mantener a Indonesia bajo el paraguas estratégico de los  países “no alineados” y buscar un siempre difícil equilibrio entre las influencias regionales de China y Estados Unidos. 

Indonesia integra el Grupo de los 20 (G20) y lo presidió en 2020, cuando el mundo hacía frente al primer año de pandemia de Covid-19 y los principales países desarrollados y emergentes unieron esfuerzos para hacerle frente a la emergencia global, aunque con resultados dispares en la posterior distribución de las vacunas. 

Sin embargo, si es elegido, el mundo tendrá “otro líder populista de derechas con un pasado problemático”, sostiene Andreas Harsono, investigador indonesio de Human Rights Watch.

Los críticos de Prabowo señalan que estuvo implicado en el secuestro y tortura de activistas prodemocráticos a finales de la década de 1990, y en violaciones de los derechos humanos en Papúa y Timor Oriental. Prabowo niega haber cometido delito alguno y no ha sido acusado ante un tribunal penal.

Los rivales

Anies Baswedan, de 54 años, es un antiguo académico y fue gobernador de Yakarta. Considerado la antítesis de Widodo, es el único candidato que no se ha comprometido a continuar el proyecto de trasladar la capital desde la superpoblada Yakarta a Borneo. Alega que hay otros asuntos más urgentes y que la inversión debería repartirse de forma más equitativa entre las distintas zonas.

Anies llegó a gobernador de Yakarta en 2017 tras una campaña en la que fue acusado de cortejar a grupos islámicos de línea dura. Ahora se presenta junto a Muhaimin Iskandar, líder del mayor partido islámico, con fuertes vínculos con la mayor organización musulmana moderada de Indonesia, Nahdlatul Ulama.

El otro rival del oficialismo es Ganjar Pranowo, de 55 años, con una larga carrera en la función pública y exgobernador de Java Central. Es miembro del Partido Democrático de Lucha de Indonesia (PDI-P), el mismo al que ha pertenecido Widodo como presidente, aunque lo dejó de lado y prefirió a Subianto y a su hijo.

Ganjar se presenta como un hombre del pueblo y sensato, pero arrastra muchas críticas de su gestión como gobernador, entre otras cosas por el desarrollo de una mina en Java Central, que suscitó las críticas de aldeanos y activistas.

En esta campaña, han quedado en el centro del debate el papel de las dinastías familiares y la fortaleza de la democracia. Gibran sólo pudo presentarse como candidato a vicepresidente después de que un tribunal, presidido por el cuñado del presidente, cambió los criterios de elegibilidad.

Con un electorado tan joven, los candidatos se volcaron a captarlo en las redes sociales como Tik Tok. “El escenario contrasta con elecciones pasadas, en las que las estrategias de campaña tendían a ser más convencionales”, afirma Aisah Putri Budiatri, investigadora política de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación.