En el Amazonas brasileño, investigadores han sido testigos de la muerte masiva de decenas de ejemplares de delfines rosados. Sospechan que la mortandad es consecuencia de la sequía y las altas temperaturas, atípicas en la época del año. Los científicos temen por el riesgo de extinción de estos animales, pues es una de las pocas especies de delfines que vive en agua dulce.