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El transhumanismo: ¿qué es y por qué podría cambiar radicalmente el mundo?

Se trata de una corriente que data del siglo XX, pero gracias a la tecnología actual podría convertirse en una realidad.

El transhumanismo parecía ser una mera temática reservada a películas de ciencias ficción, pero con los avances en el mundo de hoy podría concretarse más rápido de lo que imaginamos. Los límites de la tecnología se han vuelto difusos y su injerencia a través de chips, maquinarias e Inteligencia Artificial ya alcanza un nivel impensado.

¿Qué es el transhumanismo?

Para entenderlo correctamente, se trata de una corriente filosófica que tomó popularidad a mitad del siglo XX, y plantea como principal objetivo potenciar las facultades humanas, tanto cognitivas como físicas, a través de la tecnología. El concepto fue ideado por el biólogo y filósofo Julian Huxley en 1957.

Sin embargo, el futurólogo Fereidoun M. Esfandiary, también conocido como FM-30, amplió la idea afirmando que la tecnología es una herramienta “evolutiva”, añadiendo el posthumanismo como parte de una serie de concepciones de una misma temática.

La biohacker Lepht Anonym ya tiene implantados más de 50 microchips que le permiten hackear o mejorar habilidades de distintos tipos

Tecnología en el cuerpo: ¿cómo se incorpora?

El transhumanismo implica incorporar al organismo tecnologías como la nanotecnología, ingeniería genética, inteligencia artificial y más. Es un concepto extenso ya que no presupone un “tipo” de transhumanismo, sino que puede implicar muchos cambios, desde una prolongación del cuerpo hasta transmitir toda la información de una computadora a nuestro cuerpo. 

Un ejemplo muy concreto (y extremo) es el de Lepht Anonym, una biohacker que busca superar los límites. Su idea se asemeja a la de convertirse en un cyborg (un híbrido entre humano y máquina) y ya tiene implantados 50 microchips. Los mismos le permiten hackear o mejorar habilidades de distintos tipos. 

Lepht, la transhumanista que aspira a cyborg

Muchas de estas tecnologías buscan combatir el envejecimiento o prevenir y curar enfermedades crónicas y terminales. Además, estos implantes deberían hacerse quirúrgicamente, pero Lepht tiene la particularidad de haberse realizado la mayoría por sí misma. 

Entre  algunas de sus incorporaciones se encuentran imanes en sus dedos para tener un sentido más, y el chip legible de una tarjeta de crédito para evitar utilizar un plástico y pagar solo mostrando su mano en el lector de código.

A través de Neuralink, Elon Musk también apunta insertarse en el mundo de los microchips

Más allá de Lepht, incluso Elon Musk busca insertarse en el mundo de los microchips a través de Neuralink, una empresa abocada a crear pequeños dispositivos que puedan combatir enfermedades neurológicas. 

Frente a los desarrollos y avances en la materia, son muchos los interrogantes que se desprenden: ¿Vale la pena arriesgarse?, ¿qué peligros se corren?, ¿es necesario incorporar estas tecnologías directamente en nuestro cuerpo? El mundo se divide entre quienes empujan esta corriente y quienes optan por omitirla. 

Por Dolores Barón-DEF