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El sur de Brasil sigue inundado, preocupa el abastecimiento de alimentos y agua potable

Paró de llover, pero la alarma se mantiene todavía en Porto Alegre y centenares de otras ciudades en el sur de Brasil. Crece la preocupación por el abastecimiento de alimentos y agua potable debido a la dimensión de la peor catástrofe climática en la región en las últimas ocho décadas. Luiz Inácio Lula da Silva anunció una ley para agilizar la transferencias de recursos para atender la situación. Algunos residentes le temen a los saqueos. 

Según el último balance de Defensa Civil, la emergencia dejó 85 muertos, 339 heridos y 134 desaparecidos.

Además, 153.000 personas han abandonado sus casas debido a las inundaciones provocadas por el desbordamiento de ríos en el estado de Rio Grande do Sul.

En Porto Alegre, la capital del estado, el lunes 6 de mayo salió el sol, pero numerosos sectores continúan sumergidos.

La catástrofe multiplica las escenas de desesperación. Cientos de habitantes, de esta ciudad de 1,4 millones, se han volcado en ayudar a personas atrapadas en sus casas, en algunos casos desde hace días.

En el barrio de Sao Joao, en el norte, los barcos llegan por decenas, pero los vecinos temen que sean insuficientes. Un centenar de personas esperan el rescate atrapadas en un edificio, constató la AFP.

Debemos “rescatarlos y llevarlos a algún refugio”, dice Andrey Rocha, de 36 años, empleado público y un organizador del salvamento espontáneo.

El fenómeno meteorológico, que dejó volúmenes de lluvia que superaron los registrados en el pasado y ha convertido las calles en ríos, es atribuido por expertos y el gobierno brasileño al cambio climático.

Habitantes se desplazan en barcas tras las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias en Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul, Brasil, el 6 de mayo de 2024.
Habitantes se desplazan en barcas tras las inundaciones provocadas por las fuertes lluvias en Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul, Brasil, el 6 de mayo de 2024. © Nelson Almedia, AFP

“Escenario de guerra”

El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, describió el domingo la situación como un “escenario de guerra”.

El río Guaíba, en medio de la ciudad y su zona metropolitana, marcaba el lunes 5,26 metros, encima del récord de 4,76 metros registrado durante unas históricas inundaciones en 1941, tras alcanzar un pico de 5,30 el fin de semana.

Al menos hasta la semana que viene, su nivel se mantendrá por encima de la cota de inundación, según el Servicio Geológico de Brasil.

La tragedia golpeó unas 385 ciudades y poblados de Rio Grande do Sul, una extensa región agropecuaria con una población de 11 millones.

Muchas siguen aisladas, sin comunicaciones ni servicios básicos.

El paso en unas 200 carreteras y autopistas está interrumpido después de que las aguas arrastraran puentes y carreteras.

Fuertes lluvias dejan muertos y desaparecidos en sur de Brasil
Fuertes lluvias dejan muertos y desaparecidos en sur de Brasil © Guillermo RIVAS PACHECO, Hervé BOUILLY, Valentina BRESCHI / AFP

Militares, bomberos y voluntarios siguen trabajando contrarreloj en las tareas de rescate con helicópteros, lanchas o botes.

Casi 14.000 militares fueron movilizados a la región, según el gobierno.

“Zonas inhabitables”

Las autoridades temen por el abastecimiento de agua y de víveres.

Más de dos tercios de Porto Alegre está sin suministro de agua corriente, por lo que decretó el racionamiento de agua, que autoriza su uso solo para consumo esencial.

“No estamos encontrando casi nada en el mercado. Ya hace tres días que estamos sin agua”, lamentó Neucir Carmo, de 62 años y residente del barrio de Floresta de la ciudad.

El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) alertó por nuevas tempestades de “gran peligro” en áreas del sur del estado, con lluvias de hasta más de 100 mm, vientos y posiblemente granizo hasta el mediodía del martes.

Esta foto difundida por la Secretaría de Cultura del Estado de Rio Grande do Sul (SEDAC) muestra una vista aérea del Museo de Arte de Rio Grande do Sul (MARGS) inundado en el centro de la ciudad de Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul, Brasil, el 4 de mayo de 2024.
Esta foto difundida por la Secretaría de Cultura del Estado de Rio Grande do Sul (SEDAC) muestra una vista aérea del Museo de Arte de Rio Grande do Sul (MARGS) inundado en el centro de la ciudad de Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul, Brasil, el 4 de mayo de 2024. © AFP

En las zonas más afectadas, la lluvia podría volver a partir del miércoles.

La Organización Meteorológica Mundial recalcó en un comunicado que “el desastre en Brasil, así como las inundaciones en curso en África Oriental, resaltan la necesidad de una respuesta más integrada a El Niño y los efectos del cambio climático“.

Recursos y “solidaridad”

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien viajó el domingo a la zona afectada por segunda vez, anunció el lunes una ley para agilizar la transferencias de recursos para atender la catástrofe.

El proyecto autoriza a hacer gastos extraordinarios y exenciones fiscales, y flexibiliza contrataciones.

El gobierno de Rio Grande do Sul dijo que ha recibido donaciones de todo el país y una recaudación que ronda los 38 millones de reales (USD 7,6 millones).

Uruguay envió un helicóptero militar y Argentina puso a disposición aeronaves, expertos y plantas potabilizadoras.

La Confederación Brasileña de Fútbol junto a federaciones, clubes y jugadores de la selección, incluidos Vinicius Júnior y Neymar, lanzaron una campaña de recaudación online.

En la central logística de Defensa Civil y centros deportivos de Porto Alegre, así como en otros puntos fuera del estado, las donaciones se apilan a la espera de distribución.

Más de 48.000 personas están en refugios y se han montado hospitales de campaña ante la evacuación de centros médicos.

“Miedo a saqueos”

Inundaciones en Brasil
Inundaciones en Brasil © Gabriela VAZ, Gustavo IZUS / AFP

En medio del drama, hay gente con “miedo a saqueos”, dice Dionis Bellettini, policía militar del vecino estado de Santa Catarina que participaba en los rescates como voluntario. Algunos moradores simplemente “no quieren ir a un refugio”.

En el centro de la ciudad, detuvieron a dos personas que presuntamente estaban robando viviendas evacuadas.

Efectivos policiales evitaron un linchamiento por parte de un grupo de personas indignadas, constató un fotógrafo de la AFP.

Por France24