Baires Para Todos

Diego Giacomini: “Milei quiere inflar el consumo empobreciendo el futuro”

El economista se refirió a la recomendación de Luis Caputo para “usar los dólares del colchón” y consideró que se busca “quemar ahorros para fomentar el consumo” antes de las elecciones. 

El economista y ex amigo de Javier Milei, Diego Giaomini, criticó el plan económico de gobierno y lo calificó como “keynesiano, anti austríaco y anti Escuela de Chicago”. “Javier Milei es el presidente con los menores niveles de inversión en términos del PBI de los últimos seis mandatos presidenciales”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TVRadio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Diego Giacomini es economista, consultor económico y financiero. Dirige la consultora E al cuadrado, Economía y Ética. Fue socio intelectual de Javier Milei entre 2005 y 2019. Escribieron cuatro libros juntos, el último en 2019, titulado Libertad, libertad, libertad. Es especialista en política monetaria y fue quien acercó al presidente a las ideas libertarias y de la escuela austríaca. El último libro que escribió fue Liberalismo, liberalismo siglo XXI.

Estamos muy interesados en escuchar tu visión sobre el estado actual de la economía argentina. ¿Por qué esta idea de generar liquidez en dólares, la llamada bimonetarización, que está planteando el ministro Caputo, y la necesidad de producir algún efecto, que creo que vos denominabas “keynesiano trucho” o “keynesiano antiguo”, porque la caída del consumo puede traerle consecuencias electorales graves?

Primero lo que me gustaría marcar es que el ministro de Economía y Milei parecen que viven de espaldas a los datos, porque realmente ha habido una remonetización de la economía argentina en los últimos 11 meses, tanto por medio del Banco Central como por medio de los bancos comerciales.

O sea, el Banco Central emite base monetaria, los bancos comerciales emiten crédito sin respaldo genuino de ahorro, crean depósitos, y así nos encontramos con que, cuando nosotros miramos, tenemos una remonetización. La expansión de base monetaria en los últimos 11 meses, o sea, desde mayo del 24 a abril del 25, fue del 125,6%, casi triplicando la inflación acumulada en el mismo periodo, que fue 43%.

En todo el mandato de Milei, la base monetaria creció 328,5% y la inflación acumulada es 208%. O sea, creció mucho más la base monetaria que la inflación. Y si a esto le agregamos que en ese mismo periodo, según el índice general de actividad de Orlando Ferreres, el nivel de actividad en todo el mandato de Milei creció 1,5%, estamos viendo que la base monetaria le gana por goleada a la inflación. La base monetaria le gana en términos reales, recontra por goleada, a la producción de bienes y servicios.

Ahora, cuando vamos a los bancos, el crédito al sector privado aumentó 193,5%, los depósitos a plazo fijo 77,6%, los depósitos a la vista 55,8%. Todo le gana por mucho a la inflación, que fue solamente 43% en estos últimos 11 meses, y el nivel de actividad aumentó solamente 4,5%.

En resumen, tenemos que en estos últimos 11 meses, M2 creció 66% y M3 creció 70%, cuando la inflación fue solamente 43%. Hay creación real de dinero, en todas sus formas, que le gana por goleada en los últimos meses a la inflación y al crecimiento real de la economía. Por lo tanto, con estos datos del Banco Central, hay remonetización en pesos.

¿Por qué elegís los últimos 11 meses, que resulta una cifra un poco arbitraria?. ¿No dirías todo el periodo de Milei o un año atrás? Pero digo, ¿por qué 11 meses?

En la base monetaria utilicé los 11 meses y todo el mandato de Milei. Y con los agregados monetarios utilicé los 11 meses porque ahí es cuando cambia la última versión de la política monetaria. Porque en junio anuncian la política de emisión cero. Y no hay política de emisión cero. Ahí empieza el carry trade.

Y te estoy remarcando justamente esto porque la creación de créditos del sector privado, que es 193%, y la creación de depósitos a plazo fijo, lo que te está mostrando es que, en parte, el crédito privado fue a financiar el carry trade de la economía real para mantener una política cambiaria del crawling peg, primero del 2%, después del 1%, que era dinámicamente inconsistente.

Porque ese crawling peg del 1,2%, que yo advertía que era dinámicamente inconsistente, iba a traer cada vez más costos, nunca iban a poder aparecer los beneficios e iba a terminar fracasando. Iba a ser abandonado por el gobierno.

¿Y cómo es abandonado? Y acá aparece lo nuevo: el acuerdo con el FMI y el nuevo esquema cambiarioEste nuevo esquema cambiario, para que no sea dinámicamente inconsistente y termine fracasando igual que el anterior, que duró un año y medio, casi, tiene que poder lograr todo lo que el otro no hizo, o revertir en forma contundente todas las complicaciones que el otro trajo.

El otro esquema hizo que el Banco Central no pudiera acumular reservas y después terminara perdiendo muchísimas reservas. El otro esquema no logró que el riesgo país bajara en forma sostenida y que Argentina volviera a los mercados de capitales voluntarios, a los mercados financieros de deuda voluntaria.

De hecho, el plan del gobierno era, el próximo 7 de julio, pagar los bonos de Guzmán, que son casi 6.000 millones de dólares, con colocación de deuda voluntaria, y va a tener que utilizar, de los que 14.000 millones que entraron por ahora del FMI, va a tener que poner 6.000 millones contantes y sonantes sobre la mesa para pagar los bonos de Guzmán.

Otro problema: el anterior esquema cambiario: ¿qué tenía que lograr? Era un ancla de inflación. Se movía el dólar un 1% mensual para que la inflación convergiera a ese nivel… No pudo hacerlo tampoco. También fracasó.

A ver, hace cinco meses que la desinflación se cortó y, más, no solamente se cortó: apareció una trayectoria, como también advertí, en forma de “u” minúscula en el tiempo. Porque la inflación empezó en 4, bajó a 2,7%, 2,8%, no lo pudo perforar, y ahora subió a 3,7, el último dato.

Y más importante de todo, vamos a la esfera real. El anterior esquema cambiario se carcomió el superávit comercial, dejándolo casi empatado en cero. El balance cambiario del BCRA es siempre deficitario. Y, sobre todo, mete en problemas al 70, 75% de la economía real de Argentina, con un tipo de cambio real que le aumenta los costos de producción en dólares, le carcome la rentabilidad, le dificulta producir, le dificulta vender, le dificulta facturar y ganar dinero.

Bueno, si todos estos problemas que relaté siguen con este esquema cambiario, este esquema cambiario también va a ser dinámicamente inconsistente y va a terminar fracasando. Y, de hecho, ya con dos o tres semanas de vida, no se comporta como el gobierno quiere que se comporte.

Porque el gobierno pensó que con los 14.000 millones de dólares que, por ahora, entraron del Fondo, el tipo de cambio se iba a desplomar a la banda inferior, que son, el primer mes, 1000, después 990, porque se va reduciendo un 1% todos los meses. Pero el tipo de cambio no se desplomó, no tocó la banda inferior nunca y está bastante lejos, al menos por ahora, de haberlo hecho.

Y esto pone en evidencia que aún después de crear una oferta artificial transitoria de dólares, que no son de mercados, porque son todos proveídos por prestamistas de última instancia, o sea, inflar la oferta por un lado, y del otro lado dejar a todas las empresas encepadas igual que siempre, y con eso pisar la demanda de dólares… Aun con eso, el tipo de cambio oficial subió y no bajó hasta donde ellos quieren.

Esto pone de relevancia que en realidad sigue habiendo mucha escasez de dólares y que, en realidad, tampoco hay reservas de libre disponibilidad. Porque los dólares del FMI, cuando termine de poner todos los dólares el FMI y los otros organismos internacionales, esos dólares se acaban en el primer trimestre del año que viene.

Con lo cual, ¿qué muestra que lo que estoy diciendo es verídico? Que el gobierno está muy preocupado. Y muestra esta escasez de dólares con este plan de keynesiano de Caputo y de Milei, que es keynesiano, anti austríaco y anti Escuela de Chicago, que busca que aparezcan dólares de abajo del colchón para tratar de crear otra oferta adicional más de dólares transitorios, artificiales que inflen la oferta de dólares por un momento, un poco más, para ver si logran reforzar el ancla cambiaria, bajar más el dólar y, con eso, ver si la inflación baja.

El problema es que si esto llegara a ocurrir… Esto lo explican muy bien tanto la Escuela Austríaca como la Escuela Monetarista, que son dos escuelas que no tienen nada que ver entre ellas, y en el plano monetario son bastante antagónicas.

Primero, lo que acá dice la Escuela Austríaca. Hay que tener en cuenta que el dinero que aparezca, los dólares que aparezcan…que yo no creo que vayan a aparecer mucho. ¿Por qué? Primero, porque ya hubo un blanqueo. Un blanqueo que tuvo varias etapas, termina ahora a la brevedad, y no fue exitoso. Se blanqueó muy poco dinero, que puede apreciarse cuando lo comparamos contra el blanqueo de Macri.

Punto número uno: teniendo en cuenta que era gratis en su primer tanda, realmente fue un fracaso el blanqueo. El blanqueo, además, lo poco que se blanqueó fue un fracaso porque la mayoría fue al carry trade, y es el primer blanqueo en la historia argentina que va a tasa de interés y no va nada, de nada, a los ladrillos. Es único en la historia esto.

Ahora, ¿qué dice la Escuela Austríaca? Yo, primero, digo que no creo que sea voluminoso, porque ya acaba de haber uno y fue un fracaso. Segundo: ¿quién va a blanquear dólares en el momento en el cual el dólar tiene el menor poder adquisitivo de los últimos 25 años? O sea, ¿una persona va a exteriorizar dólares para que los dólares le rindan poco? Sería un error. La gente no lo va a hacer.

Ahora, para la Escuela Austríaca, el dinero no es neutral en el corto plazo. O sea, provoca cambios de precios relativos, generando ganadores y perdedores. Si se blanquean dólares, cuanto más dólares se blanquean, más ganadores y perdedores va a haber en este sentido.

Desde la perspectiva del consumo y el comercio minorista, los sectores orientados al ABC1 que reciben dólares serían los beneficiados. O sea, el sector ABC1, la población con ingresos, con dólares guardados, que consumen bienes de alta gama, bienes importados, bienes 100% dolarizados, los que venden eso serían los beneficiados. Del otro lado, el consumo masivo probablemente sería perjudicado. Entonces continuaría con la trayectoria en forma de “L” que tiene hace nueve meses, o peor, caería.

Obviamente, los importadores serían ganadores. Porque si aparecen dólares de colchón, el tipo de cambio se va a apreciar más y en el mercado doméstico va a haber inflación en dólares, más de la que hay. Con lo cual, los importadores van a ser ganadores y los exportadores van a ser perdedores.

Al mismo tiempo, probablemente la mayor parte de la industria, la construcción, también pasen a ser más perdedores de lo que son hoy en día, mientras que la actividad financiera terminaría siendo ganadora en el corto plazo, porque en el largo plazo también, potencialmente, probablemente, no se sabe cuándo, terminaría siendo perdedora.

Porque con un sistema de encajes fraccionarios y préstamos en dólares…Caputo insiste con que los dólares sacados del colchón vayan al sistema financiero para comprar equity, para comprar obligaciones negociables, para comprar bonos, o vayan al sector bancario para dar crédito, acá corremos el riesgo de que se empiecen a multiplicar los argendólares vía sistema bancario y sistema financiero, y terminen dando lugar a un boom artificial de corto plazo.

Pero, como dice la Escuela Austríaca, invariablemente, inexorablemente, van a dar lugar a un bust, a una recesión más adelante en el tiempo. Esto es muy loco, porque la Escuela Austríaca es clara. Dice: “No hay una cantidad óptima de dinero”. No hay una cantidad de dinero posta con la que la economía va a funcionar bien. Es más, explica: más dinero no es mejor, menos dinero no es peor.

¿Y cuál es el problema? Que, para la Escuela Austríaca, si vos querés alimentar el consumo presente con dólares del colchón, eso es quemar ahorro para fomentar el consumo presente. Y si vos quemás ahorro estás quemando una fuente de inversión. Con lo cual, estás penalizando la acumulación de capital, estás penalizando la productividad y, en consecuencia, penalizás la tasa de crecimiento futuro.

Milei quiere inflar consumo presente antes de las elecciones, a costa de empobrecer el futuro, según la Escuela Austríaca. Y es ingenuo pensar que los dólares guardados en el colchón irían a financiar la inversión productiva. Porque hoy en día, y en los últimos 15 meses, los empresarios no han confiado en Javier Milei. Entonces, ¿por qué van a confiar ahora?

Según los datos de Orlando Ferreres, Javier Milei es el presidente con los menores niveles de inversión en términos del PBI de los últimos seis mandatos presidenciales, porque promedia un ratio inversión/PBI del 13,8%, mientras que Néstor KirchnerCristina FernándezMacri Alberto Fernández promediaban no 13,8% como Milei, sino 17,8;% 17,1%, 15,9% 14,3% y 14,9%. O sea, tiene los peores niveles de inversión.

De hecho, si comparamos el promedio del ratio de inversión de todo su mandato con el que había justo antes de asumir, la inversión está nueve puntos porcentuales por debajo.

Me quedé con una idea respecto de a quién beneficia. Vos lo planteaste en términos de ganadores y perdedores. Ahora, hay ganadores y perdedores en cada uno de los rubros. Los hay también en los dueños de capital, porque no es lo mismo los importadores y los exportadores.

La sensación es que, bueno, Milei viene a favorecer a las personas de más altos ingresos y a desfavorecer a la clase media, o sea, en el fondo, a la mayoría del país. Y esta idea contrasta con lo que vos decís: los empresarios no le creen. El mejor ejemplo es que tiene la menor tasa de inversión como porcentaje del Producto Bruto de todo lo que va del siglo.

Hay un punto que me parece interesante: ¿por qué los empresarios lo aplauden? En algunos casos puede ser por miedo o para quedar bien. Pero para la mayoría de los empresarios, que están ahí en el tema de las ganancias de sus empresas, los beneficios no son tan importantes. Porque si no hay consumo, finalmente no hay ganancias. Pero sí en el stock, porque el valor de sus empresas ha aumentado sensiblemente.

Entonces, me parece que también sería importante explicarle a la audiencia que una cosa es la ganancia que obtiene una empresa por lo que vende y otra, el accionista. Ya no la empresa: es bien diferente la empresa del accionista. El dueño, si quisiera vender su empresa, hoy vale más. Me gustaría que, de alguna manera simple y didáctica, no técnica, me profundizaras sobre este concepto.

Bueno, es así como vos decís. ¿Por qué digo que es un plan keynesiano? Entre muchas cosas, hay una cosa que se llama la Q de Tobin. Que si aparecen dólares en el mercado y esos dólares van al mercado accionario, el valor de las empresas sube en relación al costo de reposición de capital que hay dentro de las empresas.

O sea, los dólares van al equity, van a las acciones. El valor de mercado de las empresas sube. Y sube no solo nominalmente y en términos reales, sino que sube en relación a lo que cuesta invertir, reponer el capital dentro de las empresas. Entonces, esto supuestamente incentivaría que se invirtiera dentro de las empresas.

Pero es interesante. Argentina enfrenta una desinternalización de nuestra economía con Javier Milei. Por ejemplo, hay dos bancos emblemáticos internacionales, uno muy importante en la región, de capital brasilero, uno muy importante a nivel mundial, de Hong Kong y de Shanghái, que, aun con aumento del valor accionario, se fueron.

Se van, se van. Se van porque no ven futuro.

Ese es el punto exactamente. ¿Por qué no ven futuro? Porque con esta política cambiaria, si hay mucha inflación en dólares y el tipo de cambio se aprecia, no podés vender afuera. Más aún con los términos de intercambio cayendo, o sea, con los precios de lo que vendemos los argentinos en baja. Porque vendés afuera, cobrás cada vez menos dólares.