El entrenador de alto rendimiento murió en febrero de 2013, después de 18 días de agonía. La Justicia condenó a Andrea Torres Condado a 5 años y medio de prisión, pero no fue a la cárcel. El abogado de la viuda de la víctima repasó los detalles del caso.
Rubén Re y Andrea Torres Condado eran amantes. El 6 de febrero de 2013 estuvieron juntos en la casa de fin de semana que el profesor de tenis tenía en Paso de la Patria y ese mismo día, ya de madrugada, un vecino encontró al hombre tirado en el piso en medio de un charco de sangre y con la cara casi irreconocible. Él murió después de 18 días de agonía y ella fue condenada en 2017 a 5 años y medio de prisión por “abandono de persona seguido de muerte”, pero no fue presa.
Aunque las primeras versiones suponían que el conflicto se desató cuando uno de los dos quiso dar por terminada la relación clandestina que mantenían desde hacía varios meses, lo que pasó entre los dos esa noche sigue siendo un gran interrogante. En cambio, sí fue acreditado que Torres Condado fue la última que vio a Rubén Re con vida.
Actualmente, la mujer cumple prisión domiciliaria a la espera de que la Corte Suprema confirme el fallo del Tribunal Oral Penal N° 2 de Corrientes que la condenó. “Ella está bien condenada, se demostró en un debate larguísimo que fue la que causó todo lo que pasó con Rubén”, afirmó a TN Carlos Navarro, el abogado que representó a Silvia Esquivel, la viuda de la víctima. Y subrayó: “Destruyó una familia este hecho”.
“Siempre estuvo enamorado de mí”
Rubén era profesor de tenis y coach de alto rendimiento. Estaba casado, tenía dos hijas y con su esposa estaba al frente de Match Point, un club reconocido de la localidad chaqueña de Resistencia, donde vivía con su familia y donde también había conocido a Andrea Torres Condado.
Ella era la esposa de un reconocido cirujano plástico y parte de una familia importante de la ciudad. Ama de casa y mamá de un varón, empezó a acompañar a su hijo a jugar al tenis en la escuela de Rubén, a quien conocía desde que eran chicos. “Éramos amigos. Él siempre estuvo enamorado de mí, quizá por eso me tenían bronca”, dijo la mujer al diario Clarín, poco después de la trágica muerte. Siempre juró que era inocente, pero todas las sospechas se inclinaron desde un principio sobre ella.
Nunca se supo qué fue lo que la llevó después a abandonar la casa en medio de la noche ni por qué la siguió él hasta su auto. Pero la puerta de entrada quedó abierta, el aire acondicionado prendido y las dos copas de champagne, todavía burbujeantes, sobre la mesa.
Doble impacto
Alrededor de las 23, un vecino encontró a Re en un camino alternativo, con poca circulación, a 100 metros de su casa. Tenía la cara tan desfigurada que era imposible reconocerlo y casi no podía hablar, pero pedía ayuda.
La ambulancia llegó poco después y los médicos constataron que tenía un fuerte golpe en la cabeza con hundimiento de cráneo que abarcaba todo el sector izquierdo del rostro, fractura de clavícula, una lesión en el tórax y dos costillas rotas.
“Rubén Re ingresó como NN al hospital”, apuntó a este medio el abogado de su esposa, Carlos Navarro. Es que los golpes lo habían dejado irreconocible, pero además añadió: “Él estaba en su casa, hacía calor y salió en short, sin remera y sin documentos”. Durante varios días la identidad del hombre fue un misterio, y cuando por fin se reveló la verdad tuvo un doble impacto en la familia de la víctima. La esposa se enteró de la relación extramatrimonial cuando fue a verlo al hospital.
Poco después del hecho, Esquivel intentaría explicar ante los medios locales la inesperada y difícil situación en la que se encontraba: “Nunca entendí lo que pasó, no sé si lo voy a entender algún día. Yo no podría hablar mal de Rubén porque era muy buena gente. A ella no la conocía, me enteré después la manera en la que creo que se conocieron, pero no tengo idea desde cuándo pasaba todo”.
Por pedido de la familia, Rubén fue trasladado al Hospital Perrando de Resistencia el 14 de febrero. El primer parte en ese centró médico hablaba de “un traumatismo de cráneo y tórax, y de un coma inducido, con respirador”.
Sin embargo, fue una infección causada por un virus intrahospitalario lo que terminó provocándole la muerte el 24 de febrero, después de 18 días de agonía. Tenía entonces 51 años.
La acusación
Torres Condado no fue acusada por el homicidio de Rubén Re, sino de abandono de persona. Para la Justicia, la noche del hecho ella se fue de la casa de la víctima en su Honda Fit y él la siguió a pie, “muy próximo al vehículo”.
Durante el debate que se llevó a cabo en el Tribunal Oral Penal N° 2 de Corrientes, se estableció que “Re cayó al costado de la calle Goya, entre Empedrado y Prefectura”, y que ahí fue “embestido por el vehículo de Torres Condado que le pasó por encima, dejándolo incapacitado”.
“Lo grave no fue el accidente sino el abandono de persona”, remarcó a TN Navarro, y precisó: “(Re) estuvo horas tirado en la calle, eso es lo que lo llevó a la muerte”.
Por su parte, la defensa de la imputada sostenía que las lesiones sufridas por Re no eran compatibles con las de la embestida de un vehículo y que incluso una de las heridas, la que se produjo en el pecho, se debió a las prácticas de reanimación que se efectuaron para intentar que recuperara el conocimiento.
La condena
Torres Condado fue detenida a principios de agosto de 2013 y liberada ese mismo mes, por lo que llegó al juicio sin esposas y acompañada por su marido, que estuvo presente en todas las audiencias.
El 14 de febrero de 2017 el Tribunal Oral Penal N°2 la condenó a la pena de 5 años y 6 meses de prisión como autora material del delito de “abandono de persona agravado por el resultado de muerte”.
“Nadie me devuelve a Rubén, pero quería que salga la condena para que la sociedad sepa lo que ella hizo”, expresó Silvia Esquivel, tras escuchar el fallo de la Justicia.
La herida abierta
A 11 años de la muerte de Rubén Re y tras las apelaciones y recursos presentados por la defensa de Torres Condado, la causa espera una resolución de la Corte y la mujer sigue en libertad.
Sobre el cierre del diálogo con TN, el abogado de la viuda de la víctima destacó que “Silvia Esquivel quedó destruida” por lo que pasó. “Rubén era el sostén de esa familia”, agregó.
“Destruyó una familia este hecho”, aseguró el letrado, y a modo de ejemplo manifestó: “La hija más chica de Rubén también jugaba al tenis y se proyectaba a nivel internacional, pero como consecuencia de esto nunca más quiso agarrar una raqueta”.
Las hijas de la víctima eligieron en aquel momento expresarse a través de las redes. “Orgullosa de ser tu hija. Perdí a un grande en mi vida, siempre vas a ser mi papá, estés donde estés. Dame fuerzas para seguí adelante. Te amo y te voy a extrañar papá”, fue lo que publicó Lucila Ré, en Twitter. Y agregó: “Tengo un ángel que me protege y me protegerá toda mi vida. Soy la hija de Rubén Ré, orgullosa de serlo”.
Por Luciana Soria Vildoza-TN