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Aníbal Gotelli: “Alberto Fernández trae renovación y nuevos modelos de inclusión, nupcialidad y paternidad al Protocolo”

En declaraciones radiales efectuadas este fin de semana y tras ser consultado sobre el Ceremonial en relación a la Presidencia de Alberto Fernández, el Prof. Aníbal Gotelli, Presidente de CIDEC Argentina y máximo referente protocolar argentino, expresó:

¿Cómo ve la presidencia de Alberto Fernández con respecto al Protocolo?:

La Presidencia de Alberto Fernández marca un tiempo de renovación y de una importante disrupción en el modelo protocolar de los primeros mandatarios argentinos. Los presidentes argentinos, los funcionarios y políticos argentinos, en general, hasta Alberto Fernández, se han esforzado por demostrar modelos tradicionales de familia, de conyugalidad y de paternidad.

¿Cómo es eso?:

Le cuento. Me he cansado de ver esconder divorcios “de facto” y ver construir matrimonios felices, hijos heterosexuales y sexualidades “normales” para las cámaras y las campañas. Me he cansado de armar operativos para esperar  a la “feliz esposa” a dos cuadras de un acto para subirla al auto de su “feliz esposo” candidato o funcionario con la finalidad de que “pudieran llegar juntos” al acto o ceremonia en cuestión. En eso, este Presidente ha dado un paso adelante y hay que reconocerlo. La Primera Dama es su pareja y a su hijo no lo obliga a vivir una vida que no quiere vivir. Ni lo esconde, como han hecho muchos otros. Su hijo hace lo que quiere, trabaja de lo que quiere y se pone en pareja como mejor se le da la gana.

¿Y por qué llama tanto la atención eso?:

Porque culturalmente todavía la Argentina en general no se acostumbra a los nuevos paradigmas, le cuesta. Sobre todo le cuesta aceptar los modelos alternativos y ensamblados de familia. Las revistas del corazón necesitan todavía mostrar a las esposas al lado de arbolitos navideños, rodeadas de hijos “normales” y felices; con casamientos “por la Iglesia” y  con profesiones políticamente correctas. Gracias a Dios hay grandes sectores de la sociedad argentina que van un paso más adelante de los medios de comunicación.

¿Tanto así?:

Totalmente. He recibido innumerables llamados y consultas preguntándome si le corresponde a la pareja del Presidente desempeñar el rol de Primera Dama o si es necesario mostrar un hijo tan “alternativo” en las ceremonias del Estado. Parece mentira. Estamos en el siglo XXI y todavía hay gente que pregunta esas cosas.

¿Cómo ve a Fabiola Yáñez?:

Muchas personas que la han tratado directamente dicen que es una mujer preparada y disciplinada. Como actriz y como periodista ha sido siempre cumplidora, responsable, estudiosa de los guiones cuando tuvo que actuar y de la vida y obra de sus invitados cuanto tuvo que entrevistar. Habla idiomas, se ha hecho bien de abajo y ama a su marido desde antes que fuera candidato a presidente. Lo sé de buenas fuentes y directas. Para el Ceremonial con eso basta. Porque va a informarse y a cumplir con la logística de todas las ceremonias como lo viene haciendo hasta ahora.

¿Y cómo la ve de ahora en más?:

Es una mujer que no necesitó ni quiso “reperfilarse” para encajar con el modelo tradicional de Primera Dama.  Y eso la hace infinitamente mejor a las primeras damas que abandonaron sus profesiones, maquillaron su pasado o fingieron matrimonios perfectos cuando en realidad vivían verdaderos infiernos conyugales y familiares. Mientras cumpla con lo que debe cumplir desde el punto de la programación protocolar, mientras logísticamente cumpla con todos los pasos de los actos y ceremonias a los cuales asista, estará cumpliendo el Protocolo.

Quizás su estilo no es lo suficientemente clásico, según dicen:

Mire, seamos claros. El Protocolo no es usar guantes y sombrero, saludar con la mano boba y poner cara de cirugía “perma-smile”. El Protocolo es cumplir las reglas logísticas, los pasos y los requerimientos de los actos. Si se cumplen, se está cumpliendo el Protocolo.  No se puede juzgar negativamente a nadie porque es periodista o actriz, como no se puede juzgar positivamente a nadie sólo por el hecho de ser abogado, ingeniero, militar o diplomático. Pero tenga en cuenta que somos un país muy especial, también hay quienes se quejan de que la mujer de Kicillof, además de Doctora en Letras, sea cinturón negro de Taekwondo.

¿Cómo ve a Estanislao Fernández?

El día de la asunción de su padre demostró que puede cumplir perfectamente con los requerimientos que imponía el Protocolo sin renunciar a ninguna de sus convicciones. Se puso un traje, porque es una persona ubicada, pero completó su “outfit”, como se dice ahora en lugar de vestimenta, con un pañuelo LGTB y con su cabellera libre, sin pegársela hasta la nuca, como seguro esperaban muchos de los medios de comunicación y muchos de los ceremonialistas tradicionales de nuestro país.

Esta fue quizás la mayor disrupción como usted dice…

El caso de Estanislao es paradigmático. Algunos medios trataron de bajarle el precio al padre pegándole al hijo. Primero una canallada. Sin dudas. Pero, como de todo ataque mal hecho resulta una consecuencia no querida, el Presidente se puso del lado del hijo y se puso su hijo al lado sin ningún reparo, dando una muestra de autoridad y de inclusión  que terminó dando la vuelta al mundo. Fue de vanguardia. Casi impensable en la cultura pública y protocolar latinoamericana.

¿Pero cómo pensaban que iba a ir a la ceremonia de asunción de su padre?:

Quizás muchos creían, o quizás esperaban con malicia, que fuera “montado” como se dice en la jerga del transformismo, representando algún personaje de cosplay o que iba a recibir a los invitados como una hostess drag-queen. El hijo presidencial dio cátedra de ubicación y de respeto por sus convicciones.

¿Por qué todavía en el Protocolo y en la Política argentina cuesta tanto aceptar al diferente?

Porque en la Política todavía hay mucha inseguridad y mucha mediocridad. Y en el Ceremonial hay muchos teóricos y colegas que se han quedado en el tiempo de los cuentos de hadas, donde los príncipes eran bien machos y las princesas eran bien amas de casa, puras, santas y calladitas. Muchos de los que todavía estamos vivos somos de la época en que se escondía al discapacitado, en que un zurdo avergonzaba a su familia y en que un homosexual era un “tío fino” que “no había encontrado la chica adecuada”.

Ya que hablamos de los diferentes… ¿El Protocolo está adaptado a las relaciones igualitarias?

Me río porque muchos de los que nos están escuchando deben estar haciéndose cruces con su pregunta. Yo hace mucho tiempo lo escribí en un artículo que titulé “Política, Ceremonial y Matrimonio Igualitario”. Muchos  políticos argentinos han optado por mantener o alquilar una “esposa-pantalla” y muchas políticas mujeres todavía van a los actos y cócteles con su “mejor amiga” para ocultar su homosexualidad, porque creen que los electorados latinos no votan homosexuales.

Soy periodista, se imagina que me gustaría que dé algún nombre…

No. Eso no. Que cada uno se presente con la tarjeta que quiera. Yo no soy Policía de nadie. Pero sí le puedo contar de algunos extranjeros que no han ocultado nunca nada.

¿Cuáles?… Por ejemplo…

Bertrand Delanoe, que era Alcalde de París y Klaus Wowereith que era Alcalde de Berlín,  a quienes tuve el placer de poder recibir, atender y acompañar, viajaban, se presentaban y asistían a sus actividades oficiales acompañados por sus parejas varones, sin ningún prurito, sin eufemismos y sin ningún remordimiento, exigiendo siempre para aquellos hombres los mismos tratamientos, ubicaciones y consideraciones que le hubiesen correspondido a cualquier primera dama tradicional.

¿Cómo resuelve el Protocolo los casos de matrimonios igualitarios?

Por la Ley 26.618, que legaliza el matrimonio igualitario, no cabe duda que el lugar del cónyuge, cualquiera sea su sexo, es el mismo que le hubiese correspondido a un cónyuge de sexo opuesto. No hace falta que muchos funcionarios políticos o diplomáticos dejen a su pareja homosexual condenada a la oscuridad y al anonimato. No hace falta que presenten “sobrinos” o “secretarios personales”.

¿Entonces basta con cumplir la ley?

Tal cual. Queda claro que, si en Argentina existe una ley de matrimonio igualitario, no podría ni debería hacerse ninguna diferencia con la pareja del mismo sexo. Todo lugar, ubicación o consideración que le hubiese tocado al cónyuge de sexo opuesto, debe darse o tenerse con el cónyuge homosexual.

¿Y cómo cree usted que debemos prepararnos para este nuevo Protocolo del que usted habla?:

Con naturalidad. Siendo cada vez más técnicos y más logísticos. No forzando la realidad a los paradigmas clásicos establecidos. No limitar al Ceremonial en la presencia o ausencia de corbata, en la necesidad de que las mujeres lleven medias tanto en verano como en invierno, en los tacos aguja o en los rodetes a la nuca.

¿Menos reglamentos?…

No digo eso. No digo tirar los reglamentos por la borda. Digo tener en cuenta que la sociedad es una realidad dinámica y que la vida pública es consecuencia, en sus formas, del propio dinamismo de la sociedad en la que se desarrolla. Los que no lo entiendan van a sufrir mucho y van a terminar comentando ceremonias con presidentes, gobernadores, intendentes y diplomáticos que sólo existirán en los libros de Historia.