El funcionario bonaerense Andrés “Cuervo” Larroque cargó contra un grupo reducido que, según dijo, “tomó de rehén” a La Cámpora. Aseguró que no se discute a Cristina Kirchner, sino al círculo íntimo de su hijo. Se profundiza la interna entre el sector de Kicillof y el liderazgo de Máximo.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, apuntó contra un sector del kirchnerismo liderado por el diputado nacional Máximo Kirchner y se diferenció de las decisiones tomadas en nombre de La Cámpora. Durante una entrevista en El Destape, el funcionario bonaerense cuestionó duramente a lo que denominó “la bandita de Máximo”.
“No estamos discutiendo a Cristina, estamos discutiendo a la bandita de Máximo, digamos al grupito de Máximo”, expresó Larroque. Y aclaró: “Ni siquiera te diría toda La Cámpora, que lamentablemente pagan justos por pecadores, porque hay muchísimos compañeros militantes”.
El ministro recordó su pertenencia al espacio kirchnerista: “Obviamente soy fundador del espacio. Fui secretario general quince años, pero acá han tomado de rehén a una organización, digamos, un pequeño grupo que tiene intereses muy particulares”.
En su crítica, Larroque apuntó a la toma de decisiones que, según dijo, no responden a una lógica política colectiva. “Terminamos en cosas reñidas con cualquier lógica”, señaló.
“En función de las apetencias de dos o tres chicos que quieren ser intendentes porque sí, digamos, se despertaron un día y quieren ser intendentes y ponemos en vilo a todo el peronismo. Es una locura”, concluyó.
La pelea entre Kicillof y el kirchnerismo
La interna del peronismo bonaerense atraviesa un momento de fuerte tensión entre el sector encabezado por el gobernador Axel Kicillof y el núcleo dirigente de La Cámpora, liderado por Máximo Kirchner.
Si bien ambos espacios reivindican su pertenencia al kirchnerismo y mantienen una identificación con la figura de Cristina Fernández de Kirchner, las diferencias políticas y organizativas se hicieron cada vez más visibles.
La disputa se intensificó a partir del debate sobre el rumbo del peronismo tras la derrota electoral de 2023 y la necesidad de reorganizar el espacio de cara a las elecciones legislativas de 2025.
Uno de los puntos de conflicto gira en torno al liderazgo dentro del peronismo bonaerense. Mientras Máximo Kirchner preside el PJ provincial, sectores que responden a Kicillof comenzaron a cuestionar su conducción.
En ese marco, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, expresó públicamente sus diferencias con el diputado nacional y criticó a lo que denominó “la bandita de Máximo”.
Aunque Larroque fue uno de los fundadores de La Cámpora y ocupó la secretaría general de la organización, hoy se encuentra distanciado del núcleo que responde a Kirchner.
Las fricciones también se expresan en las estrategias de construcción política. Desde el sector de Kicillof promueven una apertura del espacio a dirigentes territoriales, intendentes y actores sindicales, con el objetivo de ampliar la base del peronismo.
En cambio, sectores de La Cámpora fueron señalados por conservar una lógica de funcionamiento más cerrada, con decisiones tomadas por un grupo reducido de dirigentes. Estas diferencias impactan en la coordinación dentro del Frente de Todos (hoy disuelto como tal) y en la definición de candidaturas en la provincia de Buenos Aires.
En las últimas semanas, las declaraciones cruzadas entre dirigentes de ambos sectores expusieron públicamente una disputa que antes se manifestaba en ámbitos reservados. Larroque fue una de las voces más duras contra la actual conducción de La Cámpora, mientras que desde el entorno de Máximo Kirchner prefirieron mantener silencio o responder de manera indirecta.
El gobernador Axel Kicillof, por su parte, evitó involucrarse en confrontaciones directas, aunque su entorno sostiene que debe haber una renovación en la forma de conducir el peronismo en la provincia.
Fuente: Perfil