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Alemania, más ultraderechista y más antidemocrática

¿Cómo piensa políticamente el señor de la sociedad alemana? La Fundación Friedrich Ebert busca, cada dos años, respuesta a esta pregunta. Los resultados de 2023 son alarmantes.

Una de cada doce personas en Alemania tiene una visión ultraderechista del mundo. A esta conclusión llegó un equipo de la Universidad de Bielefeld por encargo de la Fundación Friedrich Ebert (FES), cercana al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).

Este estudio se realiza cada dos años, desde 2002. En enero y febrero de 2023 se encuestó a unas 2.000 personas entre 18 y 90 años. De estos, el ocho por ciento tiene una clara orientación de extrema derecha. En estudios anteriores, sólo fue el dos y el tres por ciento.

Cada vez más gente quiere una dictadura

Entre el cinco y el siete por ciento de los alemanes, de todos los grupos de edad, apoya una  dictadura con un único partido fuerte y un líder para Alemania. Según Franziska Schröter, que dirige el Proyecto contra la Extrema Derecha en la Fundación Friedrich Ebert, “las consecuencias de la pandemia de coronavirus aún no se han superado, la crisis climática está en pleno apogeo y, desde febrero de 2022, la invasión rusa de Ucrania ha traído más incertidumbre y temores en cuanto a seguridad energética o al aumento de precios. Estas múltiples crisis se pueden abordar con solidaridad y en común, o dividiendo y excluyendo”, explica.

Según Andreas Zick, psicólogo social y coordinador del estudio “El distanciado centro político”, el extremismo de derecha también es una cuestión de dinero: “Cada vez más personas perciben las crisis como crisis nacionales. Y afecta más a las personas que tienen menos capital. Entre los encuestados con ingresos más bajos, una de cada dos personas (48 por ciento) se ve personalmente afectada por las crisis. El 27,5 por ciento de los encuestados tiene ingresos medios, y sólo el 14,5 por ciento, ingresos más altos.”

La confianza en el Estado disminuye

Obviamente, esto va acompañado de una disminución de la confianza en las instituciones estatales y en el funcionamiento de la democracia , aunque una clara mayoría todavía apoya esta forma de gobierno. El 38 por ciento de los encuestados tiene creencias conspirativas, el 33 por ciento, populistas, y el 29 por ciento, actitudes nacionalistas-autoritarias contra el sistema. En comparación con la encuesta de 2020/2021, estos valores han aumentado alrededor de un tercio.

El escepticismo o el rechazo hacia los medios de comunicación tradicionales también aumentó: el 32 por ciento cree ahora que estos estarían confabulados con la política, en comparación con el 24 por ciento de hace dos años.

Tanques, soldados heridos: la guerra en Ucrania también inquieta a muchos en Alemania.

¿Está en peligro la democracia?

Andreas Zick cree que “los tiempos de crisis son tiempos en los que la gente se reposiciona políticamente. Y ese nuevo posicionamiento puede desplazarse del centro hacia la derecha”. Su preocupación al respecto es “si las personas que políticamente son de centro -y que tal vez no se autoperciben ni se organizan como extremistas de derecha- adoptan actitudes de la extrema derecha, entonces la democracia está en peligro”.

Referencia a la dictadura nazi

Andreas Zick, director del Instituto Bielefeld para la Investigación Interdisciplinaria de Conflictos y Violencia, entiende estas investigaciones sobre el centro de la sociedad alemana como parte de la cultura de la memoria colectiva y de advertencia en Alemania, en referencia específica al régimen dictatorial nazi de 1933 un 1945.

“El nacionalsocialismo surgió y fue apoyado por el señor de la sociedad, si bien la ideología y la implementación de la sociedad fascista, incluidas la propaganda, la agitación y el terrorismo de Estado, fueron desarrollados e impuestos por una organización nazi”, dijo.

El estudio actual también cuestiona cómo debería responder la sociedad a las numerosas crisis. El 53 por ciento es un favor del regreso a lo nacional. Exigen aislamiento del mundo exterior y consideran que los valores, virtudes y deberes supuestamente alemanes son esenciales para afrontar las crisis.

Por Marcel Furstenau y Andrea Grunau-DW